Por Kalet Pimentel
Cada día despertamos en el Karibe colombiano con muchas noticias que nos hablan de los acontecimientos del territorio continental e insular. Y es un poco a partir de ellas que nos hacemos una idea de ¿cómo estamos y hacia donde queremos andar? o si cómo estamos debemos seguir.
Este año no pela un día en que no sea noticias un caso de corrupción o de mal manejo y robo de dineros públicos que pertenecen a todos y deben ser invertidos para el beneficio de todos. Lo que es de todos se lo han apropiado unos cuantos. Un día la noticia es el robo de los dineros destinados al Plan de Alimentación Escolar (PAE) en la Guajira; al otro día la noticia es que no arranca el PAE en Sucre donde miles de niños y niñas no reciben la alimentación, simplemente el dinero no aparece por ningún lado aunque fue girado por el gobierno.
Y en el otro día la noticia es que una empresa de construcción que recibió 10 mil millones de pesos hace dos años para pavimentar una carretera no lo ha hecho. Y lo mas jodido es que la obra aparece como ejecutada en la rendición de cuentas. Y más adelante, ese mismo día, en el departamento de Córdoba se han planeado hacer obras que no son necesarias, llamadas elefantes, y la suma invertida es mil millonaria.
Y como hay de todo como en farmacia o en botica, decía mi abuela, todos los días estamos contando los niños y niñas muertas por falta de agua potable y comida ya no solo en la Guajira, donde el hambre ha matado a miles de seres humanos, sino que ahora la misma muerte ataca sin piedad a los niños y niñas del Cesar, en Córdoba, en Bolívar, en Atlántico y en toda la Región Karibe insular pues se han presentado casos en San Andrés Islas. Ya no se trata de salvar la vida de niños y niñas de la nación Wayuu como nos hacían creer las noticias para decirnos que por ser indios eran culpables de morir a temprana edad. Ahora se trata de salvar la vida de seres humanos en toda la región tanto niños y niñas como mayores y adultos pues el hambre ya no tiene edad.
Y las largas colas se repiten todos los días para los que necesitamos salud. Estas noticias aparecen menos en los medios de comunicación. Solo cuando hay una quiebra de una empresa intermediaria de salud es que se conoce. Quien no sabe que cuando vamos al médico después de esperar semanas y meses para una cita te dan medicamentos que todos sabemos de memoria. Y si por algún motivo te mandan un examen especializado dura meses para hacerlo. Es que estamos tan jodidos que la enfermedad hay que programarla. Y cuanta gente ha muerto a la espera de una operación y de un examen, mientras las empresas privadas de salud ganan miles de millones de pesos.
Todo esto nos llena de indignación y nos da rabia. Pero las noticias van más allá. Escarbando un poco en la quiebra de la salud, el robo de los dineros, la muerte de los niños y niñas que es absurda -por ellos y ellas deben ser el corazón de una sociedad-, encontramos que los mismos que se roban los dineros, no hacen las obras, son dueños de las empresas de servicios de salud, de las empresas contratistas y toda esa basura; tienen un nombre y son los mismos de siempre: los famosos clanes de los Char, de los Besaile, de los Gnecco, de los Araujo, de los Cotes, de los Bell, de las mismas familias emparentadas que nos han jodido toda la vida.
Estas familias han manejado los dineros y toda la economía en alianzas con empresas extranjeras con quienes comparten el pastel. Y nosotros los pobres y empobrecidos, la mayoría de la sociedad viendo un chispero. No solo necesitamos nuevos gobiernos en el Karibe, en todos los niveles también necesitamos que con ellos y la sociedad organizada hagamos la revolución de la buena vida o la revolución del buen vivir en dignidad. Aunque le suene un poco raro eso es lo que necesitamos gobiernos y pueblo unidos en REVOLUCIÓN.