Al fundar el Movimiento Frente Unido del Pueblo, FUP, Camilo tenía claridad en varias cosas, que hoy siguen siendo vitales. Primero la unidad del pueblo con una plataforma de acción para lograr hacer real y verdadera la revolución o los cambios. Segundo esa unidad le daba posibilidad de ser un poder o grupo de presión a la clase popular y alcanzar el objetivo de la toma del poder para el pueblo y por el pueblo. Ser gobierno para lograr su reivindicación.

Unidad para la victoria

En toda su trayectoria de líder popular Camilo no se cansó de decir que una mayoría dividida era un minoría sin aspiraciones ni voluntad de poder, mientras que la oligarquía siendo minoría tenía el control del país por que estaba ferreamente unida alrededor de sus objetivos y aspiraciones.

En sus recorridos divulgando los ideales revolucionarios, sus vivencias en la universidad nacional de Colombia y en contactos con la izquierda, lo llevó a palpar la desunión de la izquierda, pero también se acerco a esa realidad de inconformidad social que bullía en todo el país en unas mayorías. Entonces Camilo afirmó, que era muy triste el espectáculo de la izquierda que gastaba más energías en sus discusiones, llamadas por él visantinas, que en dedicar esas mismas energías a combatir su común enemigo, el imperialismo y la oligarquía.

La unidad fundamentada en objetivos comunes

La unidad como propósito lo llevó precisar que «debemos hacer énfasis en lo que nos une y no en lo que nos separa». Es famosa la frase de “no nos pongamos a debatir si el alma es mortal o no, cuando el hambre si es mortal”. Hambre que causa una mortandad entre el pueblo colombiano. Y lanzó su grito de lucha: por la unidad de la clase popular hasta la muerte. Por que un pueblo que se entrega hasta la muerte siempre consigue la victoria.

Esa unidad imprescindible se tenía que forjar, no sólo mediante la unidad de las izquierdas, también tenía un lugar preferente, si se quiere llamar así, todos los inconformes, todos y todas las personas y grupos que estuvieran descontentos con el estado actual de cosas de injusticias y violencias, los no alienados, que son revolucionarios pero no han encontrado una manera eficaz de transformar la situación. Ellos, los no alineados son la mayoría a quienes hay que organizar, motivar e impulsar en la acción.

Frente Unido del Pueblo, comandos de base, plataforma y periódico

El Frente Unido del Pueblo sería, en este sentido concreto, no solo la agrupación de las organizaciones de izquierda sino la expresión de lucha y acción, también, de los no alienados, de la gente de base inconforme con el sistema. Para hacerlo real habría que organizar los comandos de base en todo el país, en las veredas, en las universidades, en los barrios, en toda ese tejido de clase popular, sujeto esencial de la revolución. Fomentar la organización y unidad desde la base nos parece advertir el sacerdote, sociólogo y líder revolucionario Camilo Torres, como el aspecto esencial.

Los comandos de base tendrían unas tareas básicas. Distribuir el periódico que tuvo por nombre Frente Unido motivando la organización alrededor suyo. Otra actividad de los comandos de base era organizar la acción tomando como referencias las consignas del movimiento Frente Unido del Pueblo y difundir el programa o plataforma de acción donde se consignaban las principales aspiraciones de cambio o transformaciones estructurales basadas en cuestiones técnicas y racionales.

Camilo Torres y los principales militantes del movimiento Frente Unido del Pueblo decían que la unidad capaz de agrupar a una mayoría tenía que ser mediante la participación activa de ellos, quienes eran los que conocían sus problemas y tenían las soluciones.

El periódico sería un instrumento para fomentar la participación, la conciencia de cambio, un potente estimulador de la organización y poderoso instrumento de lucha ideológica.

Hoy avanzar es un imperativo para alcanzar las cambios estructurales

Colombia es un mar de organizaciones sociales, políticas, plataformas de acción, colectividades comunales, territoriales, movimientos, hay un extenso tejido social activo con causas comunes no suficientemente organizadas. Los levantamientos sociales de los años recientes han sido esa expresión de un movimiento de acción pluricultural y pluripolítico lo que ha hecho masivo esos estallidos. No hay un centro estable de referencia y es circular. El mismo triunfo de Pacto Histórico para alcanzar la presidencia es significativo de los esfuerzos en la dirección de un Frente Unido.

Todavía falta mucho por avanzar y hacer conciencia de la unidad política y social donde sea capaz de asegurar su acción y participación todos y todas las expresiones de cambio agrupadas alrededor de unos objetivos viables, posibles y unitarios, un programa mínimo de cambios que nos rejunte y movilice.

Las pasadas elecciones regionales no dicen de la pervivencia de sectarismos que debemos superar y restaron posibilidades de un mayor posicionamiento. Necesitamos forjar una política unitaria donde quepan todos, todas y todes, los que queremos un cambio y seguir la batalla transformadora de Colombia.

Los periódicos de las organizaciones y agrupaciones sociales y políticas, de organizaciones revolucionarias son de variedad y de circulación restringida sin un marco de acción unitario o una agenda política. Persisten en la batalla de ideas pero insuficientes ante la guerra mediática de la oligarquía y sus potentes medios.

Sin embargo, podemos decir que encaramos un reto: aprovechar y desarrollar la guerra mediática en ese amplio territorio virtual de millones y decenas de millones de pobladores que actúan en redes sociales ganando y posicionado una opinión mucho mas favorables a los cambios. Aprovechar mejor la lucha que se ha abierto entre el viejo régimen y las alternativas de cambio que se expresan, tanto desde el Gobierno actual de Gustavo Petro, como las que se dan por fuera de la institucionalidad. Hay una batalla política muy significativa en donde se está jugando el futuro de los cambios y transformaciones.