Karibeño Rebelde

LGTBIQ VÍCTIMAS DEL MACHISMO Y EL PATRIARCADO

Karibeño Rebelde

Edición Nº 284


El machismo en la sociedad colombiana ha sido un factor determinante que afecta gravemente a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer (LGTBIQ). Este fenómeno se manifiesta en diferentes formas de violencia y discriminación.

Esta cultura machista y patriarcal profundamente arraigada en el país se traduce en actitudes que desvalorizan a la mujer y las personas que forman parte de la comunidad LGTBIQ, lo que contribuye a la normalización de la violencias, donde las agresiones físicas y verbales son comunes. El Karibe colombiano no es la excepción y por el contrario presenta indices alarmantes de violencia de género.

Solo en el período de enero hasta el dos de abril se registraron 123 feminicidios en el país, 79 tentativas de homicidio y 19 asesinatos contra personas LGTBIQ, según un informe emitido para esa fecha por la Defensoría del Pueblo. Sin embargo hasta la realización de este reportaje el país había registrado más de 23 asesinatos a personas de la comunidad LGBTIQ. Algunos con una carga de violencia salvaje, como es el caso de Sara Millerey en Antioquia, una mujer trans que fue brutalmente golpeada, torturada y abandonada en una quebrada.

Los departamentos con más casos de feminicidios según la defensoría han sido, Antioquia, Atlántico, Bogotá y Valles del Cauca.

Paramilitarismo y violencia contra la comunidad LGTBIQ

El paramilitarismo ha sido culpable de gran parte de la violencia contra las diferentes poblaciones que hacen parte del país, incluyendo a la LGTBIQ. Estas estructuras que nacen con el fin de mantener el control político y social en los territorios, con las excusa de combatir a la guerrilla. Desarrollan actividades ilegales y someten a la población, la mayoría del tiempo bajo un esquema de impunidad y en muchos casos bajo el amparo político, lo que les ha permitido realizar actos violentos sin temor a consecuencias legales.

Esta violencia no solo es dirigida a enemigos políticos, militares, entre otros, sino que se extiende hacia comunidades vulnerables, incluyendo la población de diversidad sexual, motivados principalmente por prejuicios arraigados. Por lo que son responsables de numerosos y sistemáticos asesinatos de personas LGTBIQ, que son acusados de atentar contra la moral y la familia y se justifican bajo la ideología machista.

Según Caribe afirmativo 4.190 personas LGTBI, han sido víctimas del conflicto armado.

Esta violencia en muchos casos ha llevado al desplazamiento forzado en las regiones de la comunidad sexo diversa, quienes buscan escapar de un entorno que se vuelve peligroso para su vida, lo que contribuye a una crisis humanitaria para esta comunidad.

Desamparados por el Estado

La falta de respuesta por parte del Estado ante la violencia contra la comunidad LGTBIQ ha sido notoria. La falta de voluntad y diligencia -en muchos casos- por parte de las instituciones encargadas de defender los derechos humanos dejan en total desamparo a esta comunidad, que según algunos activistas tiene una esperanza de vida menor a los 35 años, producto de la violencia sistemática que los amenaza. Y a un Estado patriarcal incapaz de protegerlos.

Esta situación hace urgente trabajar en un cambio cultural y político que promueva y tenga como política el respeto a la vida de todos y todas, no solo desde las leyes, que en muchos casos terminan siendo letra muerta, sino desde la educación y creación de valores, con instituciones capacitadas para atender a todos por igual. El trabajo colectivo es fundamental para luchar contra un Estado machista y patriarcal que vulnera los derechos de quienes considera diferentes.

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