Karibeño Rebelde

CARBÓN Y GENOCIDIO EN GAZA

Karibeño Rebelde

Edición Nº 302


Máximo Jiménez

siempre lo digo: si Palestina fuera la escena de un crimen, tendría todas nuestras huellas. Los productos que compramos, los bancos a los que les confiamos nuestros ahorros, las universidades en las que pagamos matrícula”. Francesca Albanese relatora especial de la ONU para los territorios ocupados.

Así describe Albanese la manera en que grandes conglomerados empresariales del mundo, se lucran de la muerte y del genocidio que Israel adelanta contra los Palestinos en Gaza y Cisjordania.

El informe titulado “la economía del Genocidio” deja al descubierto la manera en que muchos de los más ricos del planeta a través de sus propias empresas, sus alianzas económicas con estados y sus movidas de negocios, siguen llenándose los bolsillo de plata, mientras el pueblo Palestino sigue muriendo todos los días bajo las balas, las bombas y la metralla que se financian en gran medida con parte de esas ganancias.

Firmas como Nestlé, Coca cola, Zara, Carrefour, Amazon, McDonald´s, Apple y Microsoft entre otras miles, se han convertido en cómplices de los crímenes de guerra que Netanyahu y su ejército están cometiendo; otras como la Suiza Glencore y la gringa Drumond llevan carbón desde varios países -incluyendo el nuestro- hacia Israel permitiendo así el funcionando de su economía y su industria armamentística.

No es raro pues que varias de ellas como las mencionadas empresas del carbón y Nestlé, hayan sido investigadas en Colombia por el apoyo a grupos paramilitares y el asesinato de líderes sociales y sindicales.

Discurso versus Realidad

El presidente Petro ordenó en agosto de 2024, detener las exportaciones de carbón a Israel y justo un año después lo ratifica mediante un segundo decreto pues valiéndose de jugadas y artimañas, dichas empresas con la complicidad de funcionarios del gobierno mantienen el despacho de barcos desde puertos Colombianos hacia el país genocida; alegato y promesas por un lado y la realidad por otro.

Sudáfrica ha mantenido un discurso de rechazo ante la política criminal de Israel y ha liderado incluso una demanda internacional por crímenes de guerra contra Netanyahu y parte de su cúpula política y militar, pero mantiene intacta varias de sus exportaciones a Israel incluyendo carbón extraído por la misma Glencore.

Similar situación pasa con la España de Pedro Sánchez; arengas altisonantes de rechazo a la agresión contra el pueblo Palestino, pero pocas acciones en concreto para afectar los intereses económicos, aislar políticamente o detener la maquinaria de guerra genocida del estado sionista.

Más cerca a la realidad Palestina y del Oriente Medio se podrían sumar Turquía, Irán, Arabia Saudita y Egipto como gobiernos que no pasaron de tibias declaraciones en el papel mientras sobre las ruinas de Gaza se seguían amontonando cadáveres de hombres y mujeres de todas las edades como testimonio cruel de la barbarie sionista y la crisis de humanidad que existe hoy en el mundo.

Parece ser una regla común en estos casos que el discurso vaya en una dirección -quizá para sintonizarse con el rechazo de las inmensas mayorías -mientras los hechos van en contravía -para velar por los intereses y las ganancias de los más poderosos-.

Quizá Yemen, país pobre y asolado por las guerras haga la excepción a la regla: se la jugaron toda por el pueblo Palestino y pusieron en jaque militarmente a la coalición psicópata de Netanyahu-Trump y sus aliados.

Solidaridad y Dignidad

Artistas de renombre como René, de Calle 13, Doctor Krápula y Dua Lipa, actrices como Angelina Jolie, Penélope Cruz, actores como Javier Bardem, Pedro Almodóvar o futbolistas como Cristiano Ronaldo, Luka Modrić y el Español Borja Iglesias quien reaccionó ante el rechazo por la suspensión de la vuelta a España por protestas pro-Palestinas diciendo que “se le da más importancia a parar un evento que a parar un genocidio”, son algunas de las voces que se han sumado al grito digno que recorre el mundo exigiendo el cese de los crímenes de Israel.

Millones de personas menos reconocidas o anónimas se han manifestado en distintos rincones del mundo en países tan distintos y tan distantes como Colombia, Australia, Uruguay, Canadá, Yemen, Turquía, Kenia, Marruecos, Nigeria, Francia, Alemania, Filipinas o Corea; su voz airada de apoyo a Palestina nos recuerda que los pueblos están por encima de sus gobernantes.

Ahora que hay un acuerdo todavía incierto de paz es necesario que se redoblen los esfuerzos por apoyar el derecho del pueblo de Palestina a tener una tierra y Estado propios. Voces, gritos y acciones de pueblos, de gobiernos y de organizaciones deben sumar en esa dirección.

Las vidas inocentes de más de 20.000 niñas y niños asesinados en Gaza en los últimos 2 años, son un llamado permanente para que no se extingan el sentido de humanidad y la dignidad de los pueblos que se pone por encima de los intereses de la economía, de los cálculos politiqueros de los gobernantes y de la sin razón de quienes han hecho de la muerte sencillamente otra fuente de ganancias y acumulación capitalista.

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