
Karibeño Rebelde
Edición Nº 268
Por Luís Carlos Guerrero S.
En el año 2016 se firma el acuerdo de Paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP). Acuerdo conocido por todo el país y de gran publicidad internacional. Este acuerdo pacta el desarme y la desmovilización de 20 mil guerrilleros aproximadamente.
Se hace un plebiscito por la paz para refrendar los acuerdos firmados entre el Gobierno y las FARC-EP perdiendo el SI por la ofensiva política mediática de la derecha paramilitar que le apuesta a la guerra. Y el Gobierno de Iván Duque asume como política HACER TRIZAS LA PAZ es decir no implementar los acuerdos con FARC-EP.
El proceso de diálogo con el ELN sigue su curso con el Gobierno de Juan Manuel Santos y se acuerda una agenda cuyo centro principal y eje rector es la participación de la sociedad para una política de transformaciones a los grandes problemas del país.
Para hacer trizas la paz el Gobierno de Duque suspende los diálogos con el ELN y desata una política de exterminio de la ÚNICA GUERRILLA INSURGENTE REVOLUCIONARIA de Colombia. El ELN se convierte en el objetivo a aniquilar, destruir y volver cenizas.
Momento actual: el objetivo principal es el ELN
Durante el Gobierno de Duque hasta los días de hoy la Derecha narcoparamilitar de Colombia orientada por Uribe se dedicó a incumplir los acuerdos de paz acrecentando la violencia, instrumento estructural, para perpetuar la dominación y el saqueo de Colombia. Política hecha en manguala con los gobiernos de Estados Unidos.
Según el informe de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), desde el 2016 hasta 2024 van asesinados 276 firmantes de paz atribuidos a las Fuerzas Armadas y los paramilitares de diferentes nombres. Y han sido asesinados 210 líderes sociales. También se han registrado 571 desapariciones en el mismo período.
Según varias fuentes un grupo significativo de los mandos de la extinta FARC, por infiltración o cooptación enemiga, se vincularon a las líneas de mando del paramilitarismo como el Clan del Golfo; los Pachenchas; la fuerza paramilitar que comanda Pescado en Arauca y los mercenarios de Antonio Medina. Estos ejecutan junto con las Fuerzas Armadas de Colombia acciones contraguerrilleras hacia el ELN.
De todos es conocido que una parte de la línea de mandos de las FARC-EP fue infiltrada por las agencias de inteligencia lo que ha llevado a construir un bloque significativo de agrupamientos que tienen distintas denominaciones al servicio de la estrategia de aniquilamiento de la resistencia social y armada.
Esta estrategia tiene unos epicentros regionales en Cauca, Nariño, Putumayo, Caqueta, Cesar, Bolivar, Santander del norte, Arauca, Pacífico y otros. Una verdadera guerra que busca desestructurar el tejido social de lucha popular y colocar en disposición imperial y oligarca los grandes recursos naturales.
De paso busca costreñir el territorio a la guerrilla del ELN para lograr darle golpes contundentes y aniquilar al ELN. Es una guerra nacional hacia la insurgencia Elena y todo lo que tenga olor a lucha social y oposición desde los territorios.
Lo que sucede en la región del Catatumbo es apenas una muestra de la realidad nacional.
Amanecerá y veremos.

