ENTRE TODOS SÍ PODEMOS
Kaleb Pimentel
Un país atestado de delincuencia es síntoma de que no goza de un buen ambiente. Cuando se mata a una persona por quitarles un par de zapatillas o por un bolso, nos dice que algo funciona mal en la sociedad y que debe ser superado. Tampoco anda bien una sociedad donde los jóvenes se suicidan al por mayor y al detal, e igualmente donde se practica la limpieza social dizque para erradicar los males sociales.
En una semana del 24 al 1 de octubre, en un muestreo rápido de noticias, vemos un cuadro de violencias muy grande:
* Barranquilla: ataque sicarial deja cinco personas heridas en una vivienda de Rebolo.
* Racha de crímenes el fin de semana en Sucre; en dos días hubo seis muertos.
* Atentado sicarial en El Copey, un joven muerto y una menor herida.
* Asesinan a dos hombres en Valledupar y le dejan panfletos de los Pachencas.
* Identifican cadáver de hombre hallado en bolsas en la vía que comunica Minca con Santa Marta
En la misma semana dicen las noticias:
* Capturan a presunto cabecilla del Clan del Golfo en Tuchín, Córdoba.
* Capturan a 20 integrantes del Clan del Golfo en Bolívar.
* Capturan a presunto cabecilla del Clan del Golfo en la Sabana de Sucre.
Es decir estos personajes están regados por todas partes como arroz.
Otros indicadores de la violencia en el Karibe
En asesinatos de líderes sociales Córdoba contabiliza 7, Bolívar 6, Cesar 4 y La Guajira 4. Bolívar es uno de los departamento de la región con mayor población desplazada con 7.378 personas. Sin embargo el departamento con más población desplazada sigue siendo Córdoba –según los datos entre el 01 de enero de 2016 y el 31 de agosto de 2023- con 81.981 desplazados.
Preocupantes es el número de masacre en la Región del Karibe. Atlántico lidera con 7 casos este año y en 6 años se han realizado 19 masacres, seguido de La Guajira con 14, Magdalena con 12 y Bolívar con 8. Todo esto en los últimos 6 años.
Hasta el momento, las masacres con más víctimas han ocurrido en Riohacha, en La Guajira y Barranquilla. Recientemente grupos paramilitares lanzaron una advertencia de limpieza social en Riohacha. Ya todos sabemos que eso significa muerte y desolación, destierro de familias y desapariciones.
Según el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), de enero a septiembre han sido asesinados 123 líderes sociales, 64 masacres con 205 víctimas y 99.423 hechos de desplazamiento forzado
El departamento del Cesar vive una Inseguridad fuera de control, según las noticias de los medios de comunicación. En sólo Valledupar van 106 asesinatos en lo corrido de 2023. Si todo sigue como viene, superará la cifra de 2022 de 149 homicidios.
Se dice que en la ola de violencia que se vive en la Región Karibe son las mujeres las más afectadas, después le siguen los jóvenes y adolescentes. Da mucha rabia que hasta los cuerpos de las mujeres y niñas son controlados, abusados y violentados.
Es muy trágico la situación de los jóvenes, quienes siguen sufren una doble victimizaciòn. Primero lo inducen a la droga y después las limpiezas los matan por consumidores de drogas. A los jóvenes los inducen al consumismo y más adelante los matan en las limpiezas sociales por ladrones. Todos vemos al joven con desconfianza.
Hay una alarma en el departamento del Cesar donde piden que no puede continuar el homicidio selectivo o indiscriminado de jóvenes. Los problemas de salud mental atacan a la juventud de Sucre. Según Revena Revollo, Secretaria Técnica del Consejo departamental de Política Social de Sucre, la situación es tan alarmante que este año se han documentado más de 300 intentos de suicidio en población joven.
En lo que va de este año se han suicidado (registrados) 35 jóvenes en Sucre. Y la tendencia es a subir. Todas son muertes violentas en su mayoría relacionadas a problemas de depresión.
Vamos todos y todas
La sociedad karibeña tiene que reaccionar y no seguir viendo los hechos relacionados como parte del paisaje o de la naturaleza. La indiferencia debemos romperla y movilizar una conciencia colectiva para frenar y superar este estado de cosas propios de una sociedad enferma y hacer una sanación.
Necesitamos abrirle paso a una sociedad sana, del amor y de la vida. Nuestro llamamiento es urgente. No más contemplación. A la sociedad entera, a los padres y madres, maestros y docentes, trabajadores de la salud, comunidades religiosas, recreacionistas, artistas y trabajadores de la cultura, gremios comunales, deportistas, a todos los que queremos una sociedad de la decencia, donde la vida de todos y todas nos importa.
Movilizarnos en diálogos de saberes y voluntades desde la familia, desde el barrio, desde la calle y la vereda, juntandonos para buscar las causas de la situación y tejer entre todos unas salidas. El conocimiento, la sabiduría de vocación de convivir en paz y la fuerza espiritual sí puede. Todos y todas juntas podemos decir SI PODEMOS ponerle un parao.