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La injusticia que vivimos nos llevó a tomar las armas

El Ejército de Liberación Nacional (ELN), está integrado por una gran diversidad del pueblo y la sociedad colombiana, son los protagonistas de esa historia de injusticia social, asesinatos y despojos, que durante siglos ha sufrido el pueblo y la sociedad, pero también de lucha, resistencia y esperanza de que algún día la justicia social y la paz llegue para todos.

El ELN son todos esos hombres y mujeres que cansados de las injusticias, perseguidos por el Estado para ser asesinados, como ocurrió con el Cura Guerrillero Camilo Torres, encarcelados y por demás, se vieron en la necesidad de tomar las armas para poder seguir en la lucha, defender los territorios, el ambiente y toda forma de vida. Hoy desde el Karibeño Rebelde, traemos una de las miles de historias, que acompañan esa lucha.

El Compañero Simón, preso político

Nací en el campo, mis padres son campesinos. Somos una familia humilde y desde pequeño nos toco trabajar muy duro para poder sobrevivir a la pobreza en la que vivimos en el pueblo.

Estando muy chico me empecé a dar cuenta de las injusticias que vivimos nosotros los campesinos, un día tomé la decisión de unirme a la lucha armada, de luchar por mi pueblo, esas son las causas por las cuales hoy estoy preso en las mazmorras de Colombia, condenado a 36 años y ocho meses, de los cuales ya he cumplido diez años.

Entendiendo que los procesos de los presos políticos son los más demorados y sobre todo los de nosotros.

Como presos políticos que estamos en las cárceles de Colombia, siempre buscamos la forma de estar juntos, en colectivo, estudiamos, evaluamos como están las cosas y también compartimos momentos y situaciones con el resto de la población de privados de libertad.

Una vida de riesgos

Uno de los principales riesgos que vivimos como presos políticos dentro de las cárceles es que nos toca convivir con muchas personas con las que nos tocó enfrentarnos en la guerra estando en libertad, como son los paramilitares, soldados, policías, narcos. en sí, varias de estas personalidades.

Como presos nos toca aprender a convivir con todos los privados, lo más importante es la disciplina que nosotros siempre tenemos como presos políticos, la demás población nos reconoce por el comportamiento que cada uno de nosotros mantiene como revolucionario. Esto tomando en cuenta que en en las cárceles no hacen diferenciaciones entre presos políticos, paramilitares, entre otros y muchas veces en los patios la proporción de paramilitares, con respecto a los presos políticos es mucho mayor y ellos controlan los patios, la ventas de drogas, entre otras cosas y reparten ganancias con los del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).

El sufrimiento familiar

Para la familia es difícil, mis hijos, mi madre y padre, todos ellos son mi motorcito para seguir luchando cada día más, son mi fortaleza.

Las visitas son complejas, porque cuando uno cae preso, nos alejan de nuestro núcleo familiar y cuando somos de escasos recursos queda más duro para nuestra familia. Es una nueva forma de tortura, juegan con el dolor que sentimos y que le genera a nuestros seres queridos estar lejos y no tener recursos para poder visitarnos o proveernos de algunas cosas que pudiéramos necesitar, generando aún más sufrimiento a nuestras familias. Con eso buscan desmoralizarnos y doblegar nuestro espíritu revolucionario.

En cuanto a la relación de pareja creo que lo más importante es la confianza que debe tener cada pareja, debe de haber mucha comprensión entre las dos personas, dándose mucho apoyo moral y familiar.

En la parte de intimidad, estando privado de la libertad, siempre es complejo para nuestras compañeras, cuando les toca el ingreso a las cárceles, es muy duro, les toca mucho tiempo esperar para poder ingresar, las requisas son muy severas, les dan mucha terapia, como se dicen en las cárcel, la visita conyugal es cada mes, 40 minutos, para estar con nuestra compañera, no hay privacidad y las condiciones son muy precarias. Los que manejan dinero pueden estar cuatro horas en unos sitios especiales que tiene cada centro de reclusión, si tu tienes dinero puedes alquilar una habitación para más tiempo con tu pareja.

Es difícil estar lejos de los hijos, de la familia y de todas las personas que uno conoce. Sin embargo eso no doblega nuestra convicción de lucha por hacer de Colombia un país mejor para todos, con justicia social.

Mensaje

El mensaje que le quiero dar a mi pueblo es que sigamos buscando la paz, que no desfallezcamos que sigamos adelante. Para el Gobierno actual, que sigan adelante, si el diálogo gana, ganamos todos.

Para mi familia un abrazo fraternal.

Descargue la version pdf de la entrevista en este enlace

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