El esfuerzo en este año en la Región Karibe debe estar centrado en desatar la mayor movilización popular y ciudadana para lograr cambiar las malas políticas que pretenden hacer desde los gobiernos de las alcaldías y gobernaciones. Estas en su mayoría están en manos de la misma mafia, clanes de la corrupción, de la violencia y propiciadores de desigualdad y explotación. Todos los derechos tienen que ser exigidos. Hay que seguir aprovechando los espacios abiertos por el Gobierno Nacional, como las asambleas campesinas. Aprovechar el espacio de recuperación de tierras por la Agencia Nacional de Tierras que ha devuelto propiedades colectivas despojadas. Todo lo positivo del Gobierno de Petro debe ser impulsado.
Afortunadamente hay una gran cantidad de movimientos sociales que están a la cabeza de los cambios los que deben fortalecerse. El movimiento feminista y de la diversidad de genero; los movimientos de los pueblos étnicos -afros, negros, palenqueros e indígenas- deben establecerse en toda la región avanzando en sus derechos.
El movimiento ecológico tan rico, diverso y amplio debe impulsarse y posicionarse en la lucha por la defensa y reproducción de la vida. Las expresiones culturales y del cuidado de la vida son de vital importancia. Las expresiones de autocomunicación masiva deben ser impulsadas y seguir tejiendo su articulación. La izquierda debe superar el sectarismo y el mal habito de andar cada quien por su lado.
Todos estos movimientos anuncian las buenas nuevas de un buen vivir. Potenciando los nuevos movimientos sociales vamos a ser capaces de seguir sembrando embriones de esperanzas donde florece una nueva conciencia, donde se tejen cambios sustanciales de las comunidades rurales y urbanas y va surgiendo una nueva región. La sociedad karibeña del amor.