La Violencia de Estado una Constante hacia los Jóvenes
La juventud, desde siempre, ha jugado un papel muy importante en las transformaciones y cambios sociales. Su historia así lo ratifica. Ha estado significativamente al lado de las causas justas de la humanidad. Su acción ha cuestionado el establecimiento e instituciones de la injusticia que la han criminalizado y reprimido brutalmente.
La movilización mundial juvenil por la defensa del pueblo y la causa Palestina, su derecho a ser un estado autónomo, en últimas, el derecho a vivir dignamente, la exigencia de detener su exterminio por el Estado israelí, colmó las calles de millones de jóvenes, en el mundo, en franca rebeldía y repudio al imperialismo opresor y genocida, nos ratifican que la juventud es un viento fresco de justicia. Muchos aseveran que tiene una aptitud libertaria y rebelde.
Violencia e insurgencia juvenil
En Colombia su juventud no escapa, ni ha estado ni está a espaldas. de este signo histórico. Desde sus orígenes, la juventud, ha enfrentado un estado de explotación y sometimiento que le ha negado sus derechos a la vida en dignidad y libertad. Ha estado presente, desde su variada condición social y de clase, liderando las luchas por la emancipación social, comprometidos con los movimientos sociales y políticos, encabezando estallidos populares insurrecionales. Ha sido una juventud muy dinámica en la constitución y organización de los movimientos armados guerrilleros en toda la historia del país.
La violencia desde el Estado oligárquico ha sido una constante hacia los jóvenes. En años recientes, desde la llamada época de la violencia, antes del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, generación tras generación a la juventud campesina, indígena, negra, estudiantil, obrera, de las barriadas de clase media y pobres ha padecido la exclusión y represión a su vida. Para contener sus luchas por sus legítimos derechos se ha utilizado por el régimen oligárquico el genocidio, la masacre, el asesinato, la tortura, la cárcel y el destierro. El capitalismo ha sido violento en esencia y ha criminalizado el ser joven. Para descalificar su acción ha usado diversos apelativos.
Vano intento ha sido el de las élites gobernantes de querer apagar el fuego de la rebeldía en los jóvenes mediante la violencia. Esto ha chocado con generaciones juveniles valientes, indoblegables, peleando el futuro en el presente. Todos los escenarios en donde se desarrolla la lucha popular colombiana, han contado con combativos destacamentos de jóvenes. Desde las huelgas obreras, los paros estudiantiles, las tomas campesinas de tierras, los combates guerrilleros, las luchas cívicas barriales y un largo etcétera.
La lucha popular en Colombia no se ha detenido y sigue su curso. El rostro juvenil de mujeres y hombres, de toda la diversidad social, han estampado de alegría la resistencia social, popular y guerrillera, en busca de las transformaciones estructurales que urge la sociedad colombiana.
Paros y estallidos sociales: jóvenes en la vanguardia
En un tiempo de 2 años, de 2019 a 2021, sucedieron dos levantamientos nacionales populares en Colombia. Esto nos mostró una sociedad con unos niveles altos en la acumulación de problemas estructurales que hacen imposible vivir en libertad y el buen vivir. Quien reclama derechos es asesinado por ello. Quien se organiza para hacer efectivas sus demandas consignadas en los derechos humanos y de los pueblos se le aplica el terrorismo de Estado.
Un país en donde las expresiones artísticas y culturales son vandalizadas por los medios de comunicaciones que aúpan un régimen antidemocrático. Los jóvenes son problematizados es decir vistos como los causantes de la inseguridad ciudadana y otros problemas que los estigmatizan hasta asesinarlos vilmente. El trabajo no es un derecho es un privilegio para unos pocos; formar familia es un sueño frustrado para millones de colombianos especialmente jóvenes. Donde estudiar es un derecho escaso y precario.
Un país donde la justicia ambiental no existe y organizar el cuidado ambiental ofende al capitalismo que utiliza sus sicarios para impedirlo; en donde la injusticia social es abundante y la pobreza más todavía ahogándonos en la miseria y donde la mentira se ha convertido en el instrumento preferido para joder a los jóvenes quienes, a juicio de los poderosos capitalistas, son vándalos, perezosos y antisociales para el sistema.
Todo en un país, llamado Colombia, lo que causa es una indignación que, cuando se juntan desde todas las exigencias, desde todas las deudas sociales y todos los territorios, produce la única manera de matar la rabia y hacerse escuchar por la Colombia real: levantarse explotando el volcán social. Y esta explosión social ha colocado a la juventud al centro y a la vanguardia de esos huracanes sociales insurgentes.
La insurgencia juvenil ha sido la manera de expresarse masivamente. Los estallidos sociales de una generación valiente, que tiene conocimiento de sus derechos, cansada y mamada de tanto engaño y ser tratados indignamente. Una generación que no se traga las mentiras de los que han mal gobernado. Una generación que está clamando cambios. Que Colombia cambie para que todas, todos y todes quepamos en dignidad y paz. Es una generación de futuro.
Punto seguido. Estamos a las puertas de un estallido social. Los jóvenes a cumplir con el deber.
Forjando poder popular por la paz y la dignidad