Actualidad,  Karibeño Rebelde

EL KARIBE LUCHA EN MEDIO DEL ASEDIO

Karibeño Rebelde

Edición Nº 258


Las transnacionales en el Karibe colombiano siguen su voraz política de saqueo y desplazamiento de comunidades, a pesar del Gobierno progresista de Petro. Eso ha traído como consecuencia que los pueblos y las comunidades de esta región sigan luchando por la dignidad, sus territorios y la vida.

Ya hace parte de la cotidianidad la lucha de la nación wayuu en defensa de sus territorios y su cultura vilipendiada por las políticas extractivistas; es un sentir colectivo que la multinacional Glencore se vaya del territorio no sin antes indemnizar y reparar integralmente a las comunidades. Asimismo, la empresa multinacional South32 sigue haciendo estragos en los municipios de Montelibano, Puerto Libertador y San José de Uré, donde han nacido niños sin pene y niñas sin vagina como consecuencia de la explotación de la mina de ferroníquel más grande de Nuestraamerica . Además hemos constatado que el 60% es de hierro y el 40% es níquel; lo peor del caso es que no llegan las regalías, pero si la destrucción ambiental y del tejido social de las comunidades afros, indígenas y campesinas.

Como un parte de victoria se puede dar que las comunidades wayuu están frenando la instalación de los parques eólicos por parte de Enel Green Power, pues la llamada transición energética es transnacionalizada y va en detrimento de la cultura, los territorios y la paz. Eso es producto de las luchas y las denuncias del pueblo wayuu.

También hay que resaltar que el Karibe colombiano es víctima del extractivismo urbano, lo cual es causa de desplazamientos de muchas familias, destrucción de barrios completos construidos por los sin techo y destrucción de ecosistemas importantes para la vida de los seres humanos y de las demás formas de vida.

El paramilitarismo actúa a sus anchas

El paramilitarismo está apoderado de grandes territorios y en ciudades principales de la costa atlántica.

El clan del golfo con apoyo del ejercito, la policía y de los parapolíticos de siempre están sometiendo a las comunidades para que no luchen por sus elementales derechos. La cereza del pastel es la designación por parte de Gustavo Petro a Salvatore Mancuso como gestor de paz, quien cometió crímenes de lesa humanidad, entre esas la masacres de Pichilìn en Sucre, la masacre de Tasajera y el Salado en Bolivar.

Los paramilitares permanecen y actúan en la costa Karibe ejerciendo el control de toda la cadena del narcotráfico, desde el menudeo hasta las grandes exportaciones a Estados Unidos y Europa. Eso es una muestra más de que los clanes mafiosos están vinculados hasta los tuétanos al paramilitarismo y al narcotráfico

Resistencia y propuestas desde la gente

El caribe es un mapa repleto de resistencia y propuestas desde los barrios, desde las veredas campesinas y desde las comunidades afros e indigenas: Los emberas en Còrdoba exigen tierra, indemnizacion y educaciòn, pues solo dos miembro de su comunidad se han graduado como profesionales.

En Riohacha sigue la lucha por el derecho a la vivienda y los territorios a pesar de los violentos desalojos.

En el Cesar comunidades siguen en defensa de la madre tierra y por una vida digna.

Como dice el himno nacional «A orillas del mar karibe un pueblo hambriento lucha, esto no es en sentido figurado, pues acá más del 30 por ciento de la población vive en la pobreza, sobreviviendo a través del trabajo informal, o como dice la gente: vivimos del rebusque.

Hoy por Hoy, el Karibe mantiene su lucha contra las transnacionales y sus políticas de saqueo y destrucción, mantiene su lucha a favor de la vida, el territorio, la educación, la dignidad y la paz. En este propósito, cuenta con el Frente de Guerra Norte Comandante José Manuel Martínez Quiroz.

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