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¡TRINCHERAS IDEOLÓGICAS!

Damaris Izaguirre

Mientras exista capitalismo persistirá la desigualdad, que atiza la lucha de clases, que anima la movilización y la lucha popular; la cual es combatida por el régimen de diferentes formas, principalmente desde el campo comunicacional para evitar la sublevación popular.

El régimen durante centurias ha instrumentalizado los anhelos de la población y a través de la manipulación del “sistema político” y la democracia burguesa, ha hegemonizado el poder y ha sido instrumental al interés de clase de los oligopolios y el Tío Sam, a la par que instituye un falso mensaje de bienestar, donde cada cierto tiempo permiten “cambiar todo”, para que todo siga igual.

El plan de manipulación y adoctrinamiento de conciencias con los medios de comuninación social, ha sido responsable de la colonización de las franjas comunicaciones, con las que envían constantemente mensajes, que tergiversan la información y satanizan el movimiento popular y social, a la par que convierten casi que en delito capital el derecho fundamental de los pueblos a manifestarse, y si es preciso levantarse contra su opresor.

Con la monopolización y privatización de los medios de comunicación, estos dejaron de ser objetivos y pasaron a suministrar información parcializada, ya que sirven a los intereses de los magnates que son sus dueños, con lo que resguardan los intereses económicos, políticos y militares del régimen; por esto su desinformación se centra en dos matrices permanentes, tergiversación y satanización de todo lo que es contrario a los intereses del régimen y el Tío Sam; a lo que agregan información vanal que distrae al receptor y nubla su capacidad analítica, para discernir y diezmar la unidad de acción y lucha para exigir cambios y transformaciones estructurales.

En un contexto de desinformación, cobra gran trascendencia la existencia de medios que al margen de la matriz sistémica, difundan información veraz y elocuente, pero sobre todo, planteen tesis y paradigmas alternativos, que irrumpan y que dejen en entredicho la hegemonía del régimen, dejando sobre la palestra las herramientas necesarias para salir de la indiferencia, para ser capaces de confrontar el statu quo y gestar batallas que permitan los cambios estructurales, que durante décadas Los Nadie hemos exigido y que fueron ratificados y establecidos como hoja de ruta, por el Estallido Social de 2021.

Se esperaría que un Gobierno que se auto proclamó del cambio y que dice ser del progresismo, rompiera la dinámica de la manipulación mediática y la tergiversación de la información, pero los hechos han demostrado que este Gobierno asume muchas costumbres de la politiquería tradicional, a la par que sostiene alianzas con el ‘diablo’, dando lugar al remozamiento del régimen.

Este Gobierno progresista continúa subordinado al imperio norteamericano y leal a sus intereses, muestra de ello es que la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Tío Sam y responsable de un genocidio en curso, continúa sin ser modificada y mucho menos depuesta, de igual forma protege los intereses de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), lo que perpetua la subordinación económica a los designios del imperio.

Las transformaciones estructurales que exigió el Estallido Social no se pueden dejar a la deriva, son mandatos populares que deben cumplirse con o sin apoyo de los Gobiernos, no es fortuita la frase popular que dice ‘Solo el pueblo, salva el pueblo’; así que es hora de romper las matrices del régimen y construir la unidad popular, para lograr la emancipación de Los Nadie, porque solo de manos de la lucha popular vendrán los cambios y las trasformaciones de fondo, que durante décadas le han sido negadas a la Colombia profunda.

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