
LA DEGRADACIÓN PLANIFICADA DEL CONFLICTO
Karibeño Rebelde
Edición Nº 292
El hallazgo a finales de junio de una fosa común con ocho líderes y lideresas sociales y religiosas, víctimas de las disidencias en Guaviare, ademas de ser un crimen atroz muestra también la indolencia de los poderosos y la degradación del país. Esas hermanas y hermanos cristianos dejaron niños huérfanos y un dolor profundo en sus familias y comunidades. Los asesinaron por ser de Arauca, acusándolos de pertenecer al Ejercito de Liberación Nacional (ELN).
Y dentro de la misma estrategia de generar confusión y esconder los verdaderos responsables, noticias caracol y la senadora del auto denominado Centro Democrático, María Fernanda Cabal, días después, registran un supuesto ataque del ELN en zona rural de Calamar, Guaviare, el mismo municipio donde encontraron a los líderes sociales y cristianos en la fosa común. Con eso buscan revictimizar a los asesinados, a sus familiares y justificar la masacre.
La verdad de este hecho es que los líderes cristianos solo querían la paz de esos territorios y desde su fe, querían aportar su granito de arena, pero solo encontraron la muerte.
En otro lado de la geografía colombiana, específicamente en el Chocó, en un informe del Centro de Investigaciones y Educación Popular (Cinep) se dice que el Clan del Golfo realiza violaciones, abusos sexuales y control social; aprovechando la pobreza de la gente ofrecen dinero y moto a las mujeres.
“La violencia sexual ha sido empleada como represalia contra los liderazgos femeninos. Además de las barreras que enfrentan para acceder a roles de liderazgo como consecuencia del continuum de violencias, han sido sometidas al acoso, las amenazas y las persecuciones de índole sexual por parte del EGC (Grupo criminal Clan del Golfo)»,agrega el informe.
Esa realidad es invisibilizada por el régimen y el alto comisionado, los partidos políticos de la oligarquía y las grandes empresas mediáticas, que para esconder la verdadera realidad satanizan los Paros Armados que hace el ELN en defensa de las comunidades.
Asimismo, en el sur del país se presenta una degradación planificada y dirigida por el régimen, incluyendo al Alto comisionado Otty Patiño y sus secuaces al presentar como una victoria la «desmovilización» de la banda del agente de inteligencia del Estado y narcotraficante HH, pero lo que realmente existe es la implementación de un plan mafioso y criminal de control de la zona para asegurar las rutas del narcotráfico y el saqueo del oro a manos de las transnacionales.
En el Sur de Bolivar la situación no es diferente, allí el Clan del Golfo junto al ejército oficial y la policía mantienen una persecución al ELN y a las comunidades afros, campesinas y agromineras.
En el Catatumbo es el ejemplo del mayor descaro del ejército y de los organismo de inteligencia del Estado que protege sin ningún pudor a los cabecillas de la banda del 33.
En la costa karibe el Clan del Golfo, las autodenomidas Auto defensa Conquistadores de la Sierra Nevada, además de otras bandas ejercen violencia en toda la región con asesinatos selectivos, masacres, extorsiones y robos a la gente trabajadoras, ganaderos, comerciantes, transportistas. También hacen reclutamientos forzados.
Como se puede analizar, estamos ante un nuevo tipo de guerra que muestra ante la opinión pública un conflicto fragmentado, regionalizado, que son peleas de grupos por el control de las rutas del narcotráfico y en ese mismo saco pretenden vincular al ELN. Pero no, la realidad es otra, estamos ante una política de degradación de la sociedad, de destrucción del tejido social; esos grupos, tantos de las disidencias, la banda del 33 con el apoyo descarado y público del ejército, como los paramilitares hacen parte de la estrategia del caos controlado.
Se pretende desconocer el conflicto político, social y armado que dio orígenes a las guerrillas revolucionarias, desviando el foco y fabricando conflictos que traspasan la linea de la ética y el respeto del Derecho Internacional Humanitario. El Gobierno y el régimen pretenden de manera infructuosa conducirnos a la degradación, pero en cada acto, en nuestra cotidianidad mostramos que mantenemos en alto nuestros principios políticos y éticos.
También es cierto que tanto la ultra derecha con sus partidos como Centro Democrático, Cambio Radical, la U y otros más, como el sectores del progresismo pretenden sacar réditos políticos de la situación que vive el país y en la que ellos tienen gran responsabilidad. No piensan en el país, sino en las elecciones del año entrante.
Nuestra normatividad aprobada en el VI congreso reafirma nuestro accionar ético y humanista
En el articulo 85 del capitulo IX DE LA APLICACIÓN DE JUSTICIA, CÓDIGOS, REGLAMENTOS Y NORMAS DISCIPLINARIAS están los siguientes numerales, que al igual que toda nuestra institucionalidad la tenemos presente en nuestro accionar diario
2. Respetar las ideas políticas, filosóficas y religiosas de la población, las opciones sexuales y de género, así como también la cultura, costumbres y la autonomía de los pueblos indígenas, comunidades negras y de otras etnias…
8. Se considera un delito, el asesinato y toda clase de atropellos que se comprueben, cometidos contra la población.
9. De nuestra parte, no debe haber imposiciones a las masas. Debemos trabajar por que vean nuestras armas al servicio de sus intereses.
10. Los reclamos de la comunidad sobre agresiones de combatientes o mandos, deben ser investigados exhaustivamente contando con el criterio de la comunidad.
El destino lo construyen los pueblos
Ya debemos pasar la pagina de que sea la oligarquía y el imperio norteamericano los que nos dirijan los destinos del país. Colombia merece ser gobernada desde los intereses de la nación, no desde los intereses de una clase social específica; es necesario construir una democracia al servicio de los colombianos y colombianas; un país sin degradación moral que cultive los valores del amor eficaz, la solidaridad, la tolerancia y el respecto a todos y todas. A un acuerdo nacional desde esa perspectiva y con la participación de los históricamente excluidos sigue siendo nuestra apuesta política.

