Clanes,  Karibeño Rebelde

CLANES POLÍTICOS; EMPRESAS CRIMINALES.

Por: Máximo Jiménez

Se ha normalizado a través de los medios de comunicación tanto tradicionales como alternativos, el uso del término «Clanes políticos» para referirse a lo que en la realidad son verdaderas industrias de terror y crimen organizado.

Sus «portafolios» incluyen amenazas y el asesinato como herramienta contra sus adversarios políticos en el afán de llegar o de mantener el poder que han ostentado desde hace años en las regiones, para desde allí saquear el erario público es decir el dinero de los impuestos pero además lo «combinan» con la acumulación de rentas económicas legales e ilegales y sin ningún tipo de vergüenza les permite invertir y obtener ganancias en la empresa privada o con el despojo de tierras a los campesinos a través del narcoparamilitarismo.

En ese afán de parecer «gente de bien», invierten además una parte de su esfuerzo y su “mercadeo” (marcketing) para construir maquinarias políticas propias y comprar o incidir en empresas generadoras de noticias y opinión, que les ayuden a mostrar una cara “amable” y cercana a las multitudes que habitan hoy campos y ciudades de nuestro país; a quienes no comulgan con su ley, les esperan amenazas, el destierro o el asesinato. Así funcionan muchas de estas mafias a las que también se les conoce con el seudónimo de “Casas políticas.

Desde hace años en nuestro país por desgracia abundan los ejemplos de este universo criminal que secuestró para su propio bien, el aparato del Estado y el Gobierno.

No se trata de acusaciones infundadas, no pueden argumentar que es la izquierda quien las incita, no se trata de “mala propaganda”; investigaciones bien documentadas y pruebas claras existen, pero en cambio lo que no ha existido es justicia pues esta también ha sido objeto de chantajes, compra y amenazas aunque como siempre, hay excepciones a la regla y el tesón y la rigurosidad de algunos funcionarios en distintos niveles, han ayudado a develar estas prácticas.

Justamente por estos días la sala de instrucción de la Corte Suprema de justicia expidió una orden de captura internacional contra el ex-presidente del senado Arturo Char, quien había renunciado al congreso y huido a los Estados Unidos; este caso podría servir para ilustrar el tema.

Los Char no solo controlan la vida política, la contratación pública y la burocracia en ciudades como Barranquilla, sino que han participado de robos, corrupción y compra de votos, pero su “cara amable” les permite presentarse como “prósperos” empresarios dueños de cadenas de tiendas, droguerías, emisoras, equipos de fútbol y periódicos como El Heraldo de Barranquilla.

Los Gnecco en el Cesar podrían “emular” con los Char en el Atlántico con la particularidad que su alianza con el paramilitarismo ha sido menos “discreta” que en el caso de los Char. Jorge Gnecco Cerchar, quien llevó de su mano a las bandas narcoparamilitares al Cesar, acabó en disputas con Jorge 40 quien lo asesinó.

Al igual que los Char, posan como empresarios, ganaderos y dirigentes políticos; Luis Alberto Monsalvo Gnecco actual Gobernador continúa con casa por cárcel por corrupción. A esta “casa política” se encuentra vinculada ahora Vicki Dávila, directora de la revista semana, quien opera desde esta casa editorial como activista y vocera política de la derecha Colombiana.

El ex-gobernador hoy condenado por varios homicidios, Luis Francisco “kiko” Gómez podría ser otro de los ejemplos que ilustre sobre la situación en este caso de la Guajira; quizá sin tanto renombre en el mundo de la inversión y las finanzas como los dos casos anteriores, sus “pergaminos” si dan cuenta de la incidencia que ha tenido y sigue teniendo hoy en Barrancas, donde mandó a asesinar a varias personas por cuyos homicidios fue imputado y condenado y donde su hija Juana Gómez Bacci aspira hoy a la alcaldía en un ambiente lleno de amenazas y presión en contra de otras y otros aspirantes, dirigentes sociales y periodistas del municipio.

Alternativas.

Se necesita trabajar muy duro para que la gente de la región tome conciencia de que este tipo de vividores, oportunistas, asesinos y corruptos no pueden seguir siendo quienes conduzcan los destinos de ciudades, municipios y departamentos de la región. No se puede poner a los ratones a que cuiden el queso.

Hay que edificar propuestas de desarrollo alternativas que den cuenta de los principales problemas y de las soluciones con la participación de las mayorías, organizadas o no, pero conscientes de que esta realidad debe cambiar.

En el momento actual es necesario que en la región Karibe aspiren y lleguen representantes genuinos de los procesos sociales y populares que sean capaces de mostrar otra manera de ejercer la gobernabilidad y que a la par de esta, la organización y la movilización social se dinamicen para que sean garantía e impulso de la lucha por los cambios tan necesarios hoy.

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