Macondo

CONURBACIÓN: UNA CIUDAD Y DOS REALIDADES

Por: Juana Julia Guzmán

El Diamante Caribe es un proyecto de “desarrollo” que viene ejecutando el Gobierno Nacional de la mano con transnacionales y grupos de poder dentro de la región Karibe, basado en la explotación de megaproyectos que son ejecutados desde la visión de una economía de enclave extractivo.

Según Mauricio Archila “es una forma de explotaciónintensiva de un recurso natural agrícola o minero de importancia para la economía global, en regiones que difícilmente se articulan a la nación y en donde la presencia del Estado está muy diferenciada: más intensa en términos de fuerza pública y menos visible en las instituciones reguladoras de la vida social… Y donde los rendimientos económicos no se quedan en lo local, sino que se orientan a los intereses del capital nacional”.

En otras palabras, a esas regiones solo les queda la destrucción del ambiente y el agotamiento de sus recursos naturales. Como sucedió con la represa de El Cercado en el río Ranchería, que fue vendido como un proyecto que impulsaría el desarrollo, la competitivi-

dad de la región y mejora de la calidad de vida de sus habitantes y por el contrario hasta la fecha la construcción y llenado no ha dejado ningún aporte para que La Guajira deje de ser uno de los departamentos con mayor índice pobreza en el país con más de la mitad de su población en esa condición (67,7 %) según cifras del Departamento Administrativo Nacional

de estadísticas (DANE).

El abrupto llenado de la represa que estaba planifica dopara que fuera en tres años, se realizó en tres meses;lo que causó serios problemas ambientales, socioeconómicos y que poblaciones como Caracolí y Piñoncito se vieran obligadas a abandonar sus territorios y formas de producción, debido a las inundaciones de sus predios. Se devela así el engaño de estas propuestas por parte de los gobernantes y la poca o nula importancia de sus consecuencias.

CONURBACIÓN, UNA PROPUESTA ENGAÑOSA

Otro aspecto del proyecto Diamante Caribe es la propuesta de conurbación, que no es otra cosa que el crecimiento de áreas urbanas con poblaciones vecinas. Un fenómeno propio del crecimiento acelerado de las poblaciones urbanas producto de la industrialización.

A través del crecimiento “inteligente” que propone concentrar el crecimiento en centros compactos. En el caso del Diamante Caribe proponen la conexión entre Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, con especial énfasis entre Cartagena y Barranquilla como un espacio de crecimiento integrado.

Sin embargo la experiencia con otras propuestas de conurbación demuestran que la realidad en las zonas urbanas no es más alentadora que en las rurales, debido a que esos urbanismos inteligentes terminan siendo para quienes puedan pagarlos, lo que engrosa la brecha de desigualdad en las regiones pues se crean dos realidades, la turística, que es la cara que se muestra al mundo y a los grupos privilegiados y de poder. Y la que padecen los habitantes de a pie, quienes solo

los visitan para cumplir largas jornadas laborales, y en su gran mayoría dentro de trabajos informales y con ingresos inferiores al sueldo mínimo.

Como es el caso de Bogotá, vendida como ejemplo de conurbación, sin embargo para el 2021 la pobreza monetaria alcanzó 35,7% de la población, es decir, 3,3 millones y en pobreza extrema 9,4% de la población. Esto sin contar con los cordones de miseria que se crean en las zonas periurbanas, debido al éxodo de habitantes de zonas rurales, que llegan a las ciudades huyendo del conflicto armado, el desgobierno, la devastación y miseria que causa la explotación indiscriminada de los recursos naturales por parte de los gobiernos corruptos y las transnacionales; en busca de mejores condiciones de vida y acceso a los bienes y servicios ofrecidos, chocando con una cruda realidad,

donde por falta de oportunidades y de políticas de gobierno, no pueden adquirir viviendas, no encuentran trabajos dignos y terminan cayendo en manos de la

delincuencia en muchos casos.

Eso sin contar con la explotación infantil, que en la Bogotá “ejemplo de conurbación”, para el 2019 ya existían más de 76 mil niños sufriendo explotación infantil, esto según cifras oficiales.

La contaminación ambiental es otro de los problemas que se presenta con la conurbación. En Ciudad de México, por ejemplo, que tiene una población aproximada de 9 millones de habitantes y con un índice de pobreza de 34%, según cifras del Consejo Nacional de la política de Desarrollo Social (Coneval), para el pp28 de marzo de 2021, se disparó 6 veces el nivel más alto de aire contaminado, en Bogotá para el 2015 las micropartículas de hollín y polvo superaban

15 microgramos la norma, según estudios realizados. Esto incrementa el riesgo de sufrir enfermedades res piratorias, infecciones oculares, entre otras. Sin mencionar la contaminación sónica, de lagos y ríos y la deforestación de áreas verdes para la construcción

de urbanismos.

El plan Diamante Caribe es otra forma de seguir saqueando a la región y engañar a los costeños con falsas esperanzas de mejorar su calidad de vida, cuando en realidad lo que buscan los gobiernos corruptos es seguir favoreciendo a los clanes mafiosos, los grupos de poder y las transnacionales a costa del sufrimiento y la miseria de la gente buena del Karibe.

De allí la necesidad de apostar a un nuevo gobiernoque ponga la vida y la dignidad de los colombianos poencima de los intereses económicos de unos pocos. “La región Karibe al igual que toda Colombia está necesitada de una transformaciones estructurales que llene a toda su gente de vida en armonía con todos los seres vivos.

Un cambio político al servicio de la vida y su reproducción eficaz, y no una política al servicio de los más y cada vez pocos ricos”.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *