
CRISIS EN EL CATATUMBO, UNA RED DE MENTIRAS Y OMISIONES
Karibeño Rebelde
Edición Nº 272
Sobre la confrontación armada entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la banda paramilitar de la disidencia de las FARC en el Catatumbo se tejió, en cuestión de horas, la narrativa más engañosa que se haya podido escribir en torno a esta región y en contra del ELN.
Salvo contados casos, la mayoría de los análisis, noticias, reportajes y entrevistas publicadas en un período de dos semanas de confrontación se limitaron a señalar al ELN como responsable de una masacre sin precedentes en el territorio, omitiendo información o simplemente reproduciendo lo que se decía sin ningún rigor analítico. Formando esto parte de una guerra mediática en contra del ELN, para deslegitimar su lucha.
Es importante establecer el punto de quiebre sobre el caso, a partir de las noticias o publicaciones hechas en la prensa nacional para entender que con esta narrativa no solo se intentan tergiversar las verdaderas causas del conflicto en la región, sino ocultar otras realidades que nada tienen que ver con el ELN.
Surgen varias interrogantes: ¿Son las disidencias víctimas o sujetos activos de un plan de expansión paramilitar que busca desestabilizar la región y acabar con el tejido social? ¿Sirvió el tema para que el Comisionado de Paz del Gobierno, Otty Patiño, escondiera con burdos argumentos las causas del estancamiento de la mesa y los incumplimientos de su delegación con varios puntos acordados con la delegación del ELN?
¿O es que lo que se busca es ocultar que Patiño fue el verdadero Caballo de Troya en las mesas de diálogo?.
Punto de inflexión
El punto de inflexión en torno al Catatumbo se dio el 15 de enero en dos hechos distintos y conectados a la vez. Por un lado, se registró la masacre de Miguel López Durán y su familia en Tibú, por el otro, los medios de comunicación publicaron una noticia del comisionado Patiño con la cual atacó y acusó con mentiras y falsedades a la delegación del ELN.
La carta de Patiño es especialmente importante para comprender el contexto Catatumbo porque la hace pública unos días antes de que se celebrara la tercera reunión extraordinaria con la que ambas delegaciones intentarían descongelar el proceso de diálogo.
¿Cuál es la conexión entre ambos hechos? La carta de Patiño buscaba un impacto de opinión ante un congelamiento que no se revertiría por los incontables incumplimientos por parte del Gobierno; evidentemente sirvió como pretexto responsabilizar al ELN del fracaso de la reactivación de la mesa y de la deriva de la política de Paz Total de Petro.
Sobre el asesinato de la familia López Durán se debe precisar lo siguiente. Si bien se dio el mismo día de la publicación de la carta de Patiño, tomó relevancia un día después, es decir, a partir del 16 de enero.
¿Por qué tomó relevancia? Porque no se anunció ningún tipo de investigación al respecto, sin mayor indagación tanto la prensa como el Gobierno señalaron al ELN como responsable de la masacre y de la crisis humanitaria que se desató en la región, incluso casi que colocaron a las disidencias como víctimas de un plan macabro.
Quedando en evidencia la mentira y el intento de manipulación de la opinión pública en contra del ELN, debido a que casi un mes después de lo sucedido -para el 12 de febrero- y de todas las acciones tomadas en contra del ELN, queda en evidencia que los verdaderos responsables de la masacre de la familia López Duran, fueron los miembros del Frente 33, Brandon Andrey Cárdenas Sanguino (Brandon o Grande) y Luis Felipe Taborda Delgado (Dayron Pérez), quienes ya fueron capturados. Como se dio a conocer en medios nacionales.
Ya el 17 de enero, Petro anunció que suspendería la mesa con el ELN. Desde entonces, tanto su Gobierno como la prensa no ahorraron en descalificaciones contra el ELN y su delegación, ignorando una crisis que tiene componentes históricos y sociales profundos, desconociendo la responsabilidad del Estado y la activa participación de las disidencias en su plan de expansión territorial.
Este quiebre es clave porque le dio un giro a la narrativa en torno a la imagen del ELN, sirvió de pretexto para una mesa que no daba para más y puso en sintonía al Gobierno, la prensa y la derecha en cuanto a la matriz de opinión que querían generar.

