Karibeño Rebelde

El Canal del Dique convertido en cementerio

 

 

Por Kaleb Pimentel

Es en este entramado de conflictos sociales y su historia de despojo, resistencia y defensa de la vida por los pueblos del Canal del Dique donde hay que ubicar la actual lucha de las comunidades que habitan el territorio para que se rescaten los miles de cadáveres depositados por el terrorismo de Estado en sus aguas.

Cuentan los pobladores que eran incontables los cadáveres que bajaban por las aguas del Canal del Dique que no podían ser tocados y asistidos por los pobladores que querían darle un debida sepultura. Hasta eso prohibieron las fuerzas de la ocupación para y militar para impedir la conexión de las comunidades con los suyos, con sus líderes y sus familiares. Negarles ese acto equivalía a ser ignorados, ser mirados como una cosa sin valor espiritual y ancestral, reducido a un simple despojo no humano.

Cuentan en los relatos los pobladores que quienes quisieran rendir una despedida a sus familiares asesinados, esa familia extendida de parientes propia de la región donde un vecino de un municipio es considerado parte de la comunidad cercana, tenían que enfrentar la muerte por que era todo un desafío a la ley de los criminales que lo prohibían para causar mayor dolor a la comunidad. Terrible el drama vivido en donde las aguas eran infectadas por los cadáveres y ver como las aves de rapiña consumían sus cuerpos a picotazos haciendo de ello una fiesta por los criminales. Y numerosos eran los cuerpos mutilados imposibles de identificar.

El mal llamado Juancho Dique, jefe de los criminales para y militares dice en su revelación que un promedio de 20 personas al día fueron asesinadas por carniceros bajo su mando y también lo hacía personalmente. De tal manera que son casi que incontables los pobladores que yacen en las aguas del Canal del Dique.

La verdad y la justicia

Todas las comunidades de los 19 municipios que componen el territorio del Canal del Dique tienen familiares víctimas de estos crímenes de lesa humanidad. La deshumanización del conflicto por una mafia narcótica en el poder condujo a esa barbarie que reclama aún verdad y justicia, pues no vale de nada reconocer por los autores materiales estos crímenes si sus autores intelectuales y planificadores siguen en el silencio. Se debe exhumar todos los muertos que están en el fondo de las aguas del Canal del Dique y eso es parte de revelar la verdad de un terricidio, eliminación criminal de pueblos para despojarlos del territorio. Y antes de iniciar cualquier obra de mantenimiento del Canal se debe hacer.

Y en esta reconstrucción de la memoria histórica deben participar activa y decididamente las comunidades que habitan los 19 municipios del territorio. La participación es asunto de primer orden y no debe excluirse a nadie. Y son esas comunidades las que deben ser reparadas integralmente. Y una de esas reparaciones es devolver sus tierras y asegurar para ellas de manera colectiva el disfrute del territorio. Los criminales deben recibir su castigo por los graves crímenes cometidos. No debe haber olvido ni ausencia de justicia.

Pero, no solo debe ser saneado el Canal del Dique. Todos los ríos de mi Colombia deben ser sanados y las comunidades de esos territorios reparadas. Los ríos tienen una historia que debe ser conocida por toda Colombia para que nunca mas haya impunidad.

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