El Karibe le cumplió a Colombia.
Este 29 de Mayo fue derrota por primera vez la élite poderosa del país y los clanes de la costa Atlántica por el pueblo costeño. Fue un comportamiento electoral consecuente con las aspiraciones de cambio y de paz con justicia social.
Es una demostración clara de que el pueblo karibe no es arrodillado ni se deja amedrentar por los paramilitares; más allá de los resultados electorales de este 19 de junio ya estamos en una nueva época con una mayor cultura política. Hoy podemos decir que toda la Costa Karibe, incluyendo San Andrés y Providencia, se suma al Pacífico, al suroccidente del país y a Bogotá como regiones que le apuestan a la paz con justicia social y a un nuevo gobierno que combata a la corrupción en todos los niveles.
Podemos decir que el karibe le dijo a Colombia que está despertando y elevando su nivel de conciencia y su capacidad de lucha, de verdad dio el palo demostrando que está cansado de este régimen y quiere el cambio. Satisfechos deben estar los y las karibeñas que pusieron su granito de arena a la paz de Colombia y a su vez están prestos a seguir jugándosela por la paz y por un país sin hambre y con educación.
El que está bajo techo es el que sabe donde cae la gotera
La Costa Karibe, el pacifico y suroccidente son las regiones con mayores índices de miseria, violencia paramilitar y estatal, es donde más se implementan las políticas extractivistas y destructoras de la naturaleza, donde existe el mayor despojo de tierra y desplazados. De igual manera son las regiones más afectadas por las corrupción.
El Karibe sabe que si no se logra el cambio seguirá en su situación de miseria, hambre, desempleo y violencia paramilitar; seguirán las empresas multinacionales saqueando nuestros recursos y contaminando nuestras aguas, aire y tierra.
Las Karibeñas y karibeños son conscientes de la necesidad del cambio; seguirán luchando sin temor a la represión de los organismos militares y policiales del Estado y a sus paramilitares. Asume el reto con los riesgos que se tiene en este país de luchar y pensar diferente.
Esta decisión política del pueblo karibe de rechazar a los clanes politiqueros es un signo del cambio que no solo se expresa en las urnas, sino en los diferentes espacios de la vida, en el trabajo, en los hogares, en el bus, en el campo, en las diferentes formas organizativas y de convivencia que tiene la gente.
La vaina no es Petro o Rodolfo, es el cambio o el continuismo
La élite dominante y sus grandes medios de difusión pretenden personificar el debate político con el ingrediente del odio, la mentira y la manipulación. Pretenden meter miedo al cambio. Tratan como siempre, al pueblo de ignorante y de eterno menor de edad que no es capaz de comprender la realidad; pero están enormemente equivocados: el pueblo no busca llevar a la presidencia a tal o pascual, sino a construir su propio destino. El pueblo entiende que si pasa hambre, que si no tiene empleo, que si lo amenazan o asesinan por protestar, que si sus jóvenes no tienen derecho a la educación, entonces el cambio es una necesidad.
En Colombia se están configurando dos visiones de país: una, la de la élite dominante y los clanes politiqueros que no tienen ningún reparo ético al apoyar cualquier candidato que garantice la continuidad del régimen de corrupción, la política de despojo y la violencia contra el pueblo; la otra es la suma de varias visiones que se complementan, se enriquecen y se potencian, es la visión de un país con verdadera paz, con justicia social, la que quiere que a todos los hogares lleguen los alimentos, la salud y la educación.
En síntesis, son dos visiones que en esta segunda vuelta y después de ella, seguirán confrontándose, en la calle, en las universidades, en el congreso y en todos los espacios de la vida nacional.
Atlántico 54.75% 479.049
Bolivar 49.95% 359.593
Cesar 44.00% 190.420
Córdoba 51% 312.645
Guajira 54.71% 113.489
Magdalena 49.45% 226.501
Sucre 54.52% 198.095
San Andrés 40.31% 5.994
Por Gustavo Palmezano
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