Actualidad,  Karibeño Rebelde

EL SICARIATO: LA MUERTE COMO NEGOCIO

La violencia en Colombia ha invadido todas las fibras de la sociedad y el pueblo, afectando principalmente a los jóvenes marcados por la pobreza y la falta de oportunidades a las que han sido sometidos por el Estado fallido de derecha, dejándolos a merced de la delincuencia en sus distintas formas. El sicariato es una de las modalidades que más ha atrapado a los jóvenes del país robándose sus vidas.

Este fenómeno cuyo auge se dio en la década de los 80, en medio de la violencia generada por el narcotráfico y el paramilitarismo, reclutaba jóvenes de las barriadas más pobres, los ponía al servicio de la violencia para ejecutar a sus rivales y a todo aquel que se opusiera a sus intereses económicos, políticos, entre otros. A un punto tan álgido que creaban escuelas de sicariato en las fincas de los capos y cabecillas, donde participaban algunos agentes de las fuerzas de seguridad del Estados.

“Algunas de las escuelas más famosas fueron dictadas en el Magdalena Medio entre 1989 y 1991 por Yair Klein, un exmilitar israelita que tenía una empresa de seguridad fachada para instruir a mercenarios y asesinos”. Según un reportaje publicado en el portal El Universal. “A sus clases asistieron “estudiantes” pagados por Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo Rodríguez Gacha, el Clan Castaño Gil y el precursor de las autodefensas, Henry Pérez, entre otros”. Asegura el artículo.

La película venezolana “Sicario”, dirigida por José Ramón Novoa, (1.994), refleja fielmente como operaban las escuelas de sicariato y los carteles y bandas criminales para captar a los jóvenes de los barrios pobres.

El sicariato hoy

Hoy en día el sicariato se ha incrementado cada vez más, es común ver en los titulares de las noticias decenas de asesinatos bajo esta modalidad, a un punto tal que se ha normalizado como un modo de hacer “justicia”, ante la mirada indiferente del Estado y de los mismos cuerpos de seguridad. En promedio en el país se presentan más de 20 asesinatos bajo la modalidad de sicariato por día, una realidad que arropa a la Región Karibe, debido a que según un reportaje publicado en Wradio en el 2023, Barranquilla ocupaba el segundo lugar en homicidios por sicariato debido a que el 85% de ellos se presenta en esta modalidad, seguida de Cartagena y en sexto lugar la isla de San Andrés.

Santa Marta -donde entre los últimos meses del 2023 hubo 81 asesinatos por sicariato- y Sincelejo, no escapan a esta realidad.

Sin embargo a pesar de que en algún momento el sicariato representó para los jóvenes una especie de ventana de escape para salir de la miseria estructural, aunque eso significara en muchos casos perder la vida incluso a manos de quienes los contrataban, hoy en día la realidad es mucho más decadente, según un entrevistado que ha visto de cerca el modo de captar a los jóvenes, solo los hunden en lo más profundo de las drogas, les dan una pistola y una moto para que cumplan con la tarea y luego regresen a su vida de miseria.

“En Medellín, los sicarios eran niños pobres que comenzaban a matar a los 12 años, estos cárteles prefirieron incorporar policías judiciales, a quienes les ofrecían una paga cinco veces mayor al que cobraban en su trabajo. Tenían dos vidas: a la mañana de uniforme y de tarde, de cobradores y sicarios. Sabían manejar armas, golpear, reducir y extorsionar”.

“Ya el sicariato no es como se lo era antes que a los muchachos le daban buena plata para hacer el trabajo y muchas veces cambiaban su estatus, ahora les meten es droga, una moto prestada y una pistola y lo que les pagan si a caso les alcanza para el perico”.

Una Juventud con esperanza

Sin embargo existe una juventud en resistencia que está decidida a trabajar para transformar la realidad de Colombia y el esfuerzo del actual Gobierno debe ir dirigido a abonar los caminos para que florezcan sus luchas y donde las oportunidades lleguen a los más vulnerables, de esa forma arrancar a los jóvenes de las garras de la violencia.

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