Actualidad,  Karibeño Rebelde

HERENCIA DE RESISTENCIA Y LIBERTAD

Por Luis Carlos Guerrero

A la llegada de los invasores españoles al territorio de lo que hoy se conoce como Colombia había una población aproximada de cuatro millones de indígenas. El 80% de esta población fue exterminada por la violencia ejercida los colonizadores, sus enfermedades traídas a estas tierras, el saqueo a los bienes comunes, los destierros y otras acciones. El primer genocidio no reconocido en la historia aún no reparado.

En el Karibe colombiano fueron exterminados y diezmadas numerosas poblaciones indígenas como los Kalamari, los Turbacos, los Chimilas, los Zenúes, los Malibú, Tayronas y otros. El capitalismo venía con su instrumento preferido: la violencia y la esclavitud.

Las consecuencias no se hicieron esperar. El colonizador exterminó la fuerza de trabajo necesaria para toda economía y vida de una sociedad. Cómo suplió esta condición el invasor. De nuevo recurren a la violencia y se dirigen sus ojos hacia África. Allí en este continente comienzan a cazar para esclavizar a personas. El objetivo traer, de manera forzada, fuerza de trabajo para sostener las economías abriendo un periodo de genocidio, que aún sigue impune a la espera que sus pueblos en sus luchas impongan la reparación histórica.

Cuentan las narrativas que en África fueron esclavizados un aproximado de 50 a 100 millones de personas, sobre todo mujeres y hombres jóvenes, para sostener la economía minera, la agricultura y todas las actividades que demandaban mucha fortaleza corporal. Igualmente relatan las crónicas que la mitad de los esclavizados murieron en la travesía siendo arrojados al mar constituyéndose este en un gran cementerio de la indignidad humana.

Llega otra raíz a Colombia

La traída de negros esclavizados constituyó la llegada de otra de las raíces que puebla actualmente a Colombia, los afros, negros, raizales y palenqueros. Con los africanos encadenados venían personas que constituían liderazgos y autoridades y gobernaban esos pueblo congoleses, guineanos, Nigerianos y otros.

Estos líderes y autoridades cargaban en sus almas la espiritualidad yoruba y todo una manera de vivir en comunidad. También venían numerosos miembros de comunidades que fueron forjados como defensores de la libertad. La esclavitud no pudo borrar los cimientos y valores de la libertad y la vida en común.

Los africanos esclavizados que llegaron a los Puertos de la Colombia de ese tiempo en los 1590, fueron dispersados a través de los ríos en las embarcaciones fluviales, medios de transportes masivos de la época, para ser llevados a las aperturas de las grandes haciendas, de caminos y trochas, al agro establecido y las mimas de oro. Y con ellos iban sus tradiciones y espiritualidad.

Resistencia para la libertad

Nos advierte el historiador karibeño Orlando Fals Borda, en sus numerosos ensayos, que un valor fundante de las comunidades y pueblos africanos lo constituye su amor a la libertad. A los africanos, los acompañan los genes de la libertad. Y estos eran portados esencialmente por sus autoridades y sus guerreros guardianes de la libertad, en algunos lugares llamados los Mandingas.

Benkos Biohó quien fue dejado en Cartagena y otros líderes comuneros transportados a la región del Pacífico, dignos de su representación alentaron la resistencia de diversas maneras. Hay un líder comunero en el Pacífico que lideró una revolución, parecida a la liderada por Benkos.

Ante la superioridad del poder colonizador español fingieron la subordinación engañando al español a quienes les ofrecían cantos, danzas, mostraban amabilidad y estar conforme con la vida que llevaban. Conscientes que necesitaban organizarse mejor, ganar mayor conocimiento del territorio y de sus posibilidades aplicaron una estrategia de engaño en una conspiración desde la profundidad de su ser con un discurso público oculto de sus intenciones.

Y llegado el momento activaron la huida hacia la libertad fomentando el cimarronismo. Esto sucedió en todo el karibe colombiano a lo largo y ancho de su geografía social. Usaron como medio de comunicación, entre otros, los tambores, que con su tan, tan, tan, iba conectando los planes insurrectos.

Bárbaros y hoscos, Palenques y Arrochelas

A los negros los españoles les llamaban bárbaros que hoy traducimos a valientes. También le decían que eran Hoscos que se traduce a negro. Negros valientes.

Estos negros valientes huesudos iban estableciendo condiciones que le permitieran mantener la libertad la cual comenzaba por garantizar su vida haciendo fortificaciones en lugares pocos accesibles a la furia de los esclavistas y sus ejércitos de matones (cazadores de esclavos), puesto que eran perseguidos, para ser capturados, sometidos a torturas y asesinatos. Todo esto para amedrantar a los negros y buscar detener su ímpetu de lucha.

En esta gesta por la libertad nacieron los palenques y las arrochelas. Los palenques se establecieron en las tierras del Karibe. Recordemos los palenques de la Matuna, San Basilio, San Pedro Frió y Norosí en las serranía de la San Lucas y numerosos territorios negros libres en toda la depresión momposina, los ríos San Jorge y Sinú.

Igualmente los primeros territorios libres de los pueblos negros que se llamaron arrochelas (sus habitantes eran los arrochelados) se establecieron en territorios de la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá en donde florecieron pueblo indoafros. Igual juntura se produjo entre palenqueros e indígenas.

Las comunidades de palenqueros y arrochelados dieron origen a una economía con soberanía alimentaria y medicinal. Las crónicas narran de la huida de las negras esclavizadas transportando semillas en sus cabellos y conspirando con sus trenzas y peinados, estos eran los mapas de los caminos de la libertad.

Las canciones de la resistencia y libertad

Lo sucedido en la resistencia y lucha por la libertad ha sido hermosamente narrado a través de poemas convertidos en canciones. Poemas y canciones ha sido una manera de divulgar y mantener en nuestra memoria esta herencia de rebeldía y revolución popular de los negros y afros.

Una canción del Joe Arroyo, Rebelión, dice: «en los años 1600 cuando el tirano llegó las playas de Cartagena esta historia escribió. Cuando allí se rebeló el negro bueno tomó venganza por su amor y aún se escucha en la verja..no le pegue a la negra …por que esa negra se me respeta».

Una canción de Jairo Valera del grupo Niche, Cimarrón, dice: «Corrían los años de 1590 cuando a Cartagena llegó un negro llamado Benkos Biohò”. Resalta que «Cuando sin familia el se vio el camino del monte escogió«.

Más adelante dice : » tengo que hacer lo del cimarrón cuando armó su revolución. Cuando sintió el yugo opresor monte adentro de volvió un león”.

Rigo Ruiz y su Bomba Caribe le canta a la lucha rebelde de los negros. Una canción llamada Benkos Biohó dice: «el no pidió venir a conocer a estas tierras. Allá fueron maltratados y cazados como fiera«.

Continua la canción: «pero Benkos Biojo llegó y pudo vencer las tragedias, pero Benkos llegó desatando las cadenas; pero Benkos llegó para que su pueblo viviera una vida en libertad como allá en su tierra bella…»

Pueblo que lucha por su libertad jamás será vencido.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *