Karibeño Rebelde

JUVENTUD USTEDES SON PRESENTE Y FUTURO

Estoy participando en la lucha social desde que conocí que el Che, un hombre de boina con cinco estrellas en el centro de ella y un sacerdote llamado Camilo Torres, ambos barbudos, de cabellos largos y de sabores de rebeldía, eran guerrilleros por que esa era la mejor manera de expresar el amor a los pobres.

No puedo dejar de evocar esos momentos de la década de los 60, porque fueron esas imágenes y esas vocaciones la que me abrieron las puertas a un cauce revolucionario que moldeó mi rebeldía; por que creo que eso fui desde el mismo momento del nacimiento y después de ver el mundo afuera

por primera vez, seguí rebelándome ante la pobreza miserable que vivíamos en la casa y en el humilde barrio de Olaya Herrera de la ciudad de la resistencia, Cartagena. Un grupo de jóvenes y

adolescentes que nos reuníamos a echar palabras decíamos que no era posible que muchos pasáramos hambre y otros votaran la comida.

Oí mencionar del Che que la guerrilla y el guerrillero eran un reformador social, también de Camilo, el Cura Guerrillero, leí que para ser auténtico cristiano se debía ser revolucionario. Por aquí es la cosa murmuró un día mi abuela cuando veníamos de una reunión de vecinos y le comente esto del Che y Camilo.

El olor de la injusticia que brotaba de nuestros cuerpos era tanto que ser inconforme se convirtió en una palabra con sentido común. El camino que nos quedaba a muchos de nosotros, era luchar o simplemente perecer.

Un futuro sin certezas enlutaba nuestras almas, por eso la lucha para mi no era algo allá lejano que pudiéramos dejar para un mañana, era lo cotidiano, lo del presente. Recuerdo las movilizaciones estudiantiles en protesta por la carestía de la vida; después por la libertad de los compañeros detenidos, más lueguito la movilización de las barriadas por el servicio de agua, en defensa de la vivienda y muchas otras.

Toda una movida de luchas; así se fue fermentando una voluntad de cambiar las cosas. Fue tanta la influencia de Camilo que milité en una agrupación llamada Comandos Camilistas, toda subversiva y

clandestina.

El contacto con profesores revolucionarios me llevó a conocer de Pablo Neruda la poesía Oda al Aire, una denuncia a la mercantilización de la vida; conocí la vida de los mineros de Bolivia, la existencia de los llamados bandoleros que cautivaron mi simpatía; me contaron de los negros descendientes de África y la lucha de Benkos Bioho y su compañera Wiwa. Todo esto activó el volcán de rabia, de ira e inconformidad para convertirme en un luchador popular y obrero, Eleno de pura cepa. Herencia que llevo desde hace años en el ELN, una guerrilla BBHF (buena, bonita, hermosa y de futuro).

Hoy mirando el presente de la juventud, de esta generación corajuda y valiente, con los ojos en el retrovisor hay muchas cosas que son un hilo continuador y hay bastantes cosas nuevas que alimentan mi perspectiva revolucionaria, por que aunque soy un viejo luchador, digo que uno se envejece cuando se envejecen las ideas.

Son ustedes sujetos vitales y vanguardia No hay asomo de dudas que hoy como ayer, el joven sigue siendo el sujeto vital del proceso de lucha que ha de seguir preñando la matria y la patria de nuevos

amaneceres cristalinos y perfumados de dignidad y democracia profunda. Hay nuevas realidades que marcan el caminar y que se constituyen en desafíos.

La crisis de la sociedad es más compleja por que es de una civilización entera que necesitamos superar en nuestros corazones, sacudiéndonos de las lógicas del sistema del mundo actual. Pero también es cierto que de la mano de los jóvenes van surgiendo nuevas relaciones sociales que van en el sentido de estar transitando hacia nuevos mundos posibles de felicidad y vida.

El reciente paro nacional del 21 de noviembre que extendió su ola de insurrección durante más de dos meses, tuvo en la juventud estudiantil, indígena, negra, mestiza, trabajadora, los artistas y cantores, la juventud de las barriadas populares, una amplia marea revolucionaria clamando y construyendo una nueva Colombia. Fueron y seguirán siendo – no hay nada que lo detenga- actores

del porvenir perfilado en el presente de poder.

Tengan ustedes hermanos que habitamos el mismo territorio y que vamos en el mismo camino de liberación de nuestra amada matria y patria un reconocimiento a esa grandiosa gesta, con la firme convicción que vamos navegando en las raíces de la soberanía y la vida. Siempre hermanados.

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