Política

Magnicidio: eliminando alternativas

Se cumplen 74 años del infame asesinato del caudillo del pueblo, Jorge Eliécer Gaitán, (09 de abril de 1948) hecho que marcó para siempre la historia de una Colombia que ya venía envuelta en un mar de asesinatos y masacres ejecutados por el Estado a través del partido conservador que en ese entonces se encontraba en el poder representado por Mariano Ospina Pérez como presidente electo en 1946. Reflejo de la falta de democracia y el poco respeto a la vida que históricamente ha demostrado la oligarquía y sus grupos de poder ante cualquier alternativa que pueda favorecer a las clases vulnerables.

Hecho que trajo como consecuencia el Bogotazo (otros llaman Colombianazo por sus consecuencias en todo el territorio nacional) estallido social que marcó para siempre la historia del país sumiéndolo en una espiral de violencia que lleva más de medio siglo, como lo vaticinó el mismo Gaitán días antes de su muerte al mencionar que si era asesinado, Colombia se ahogaría en un torrente de sangre en los próximos 50 años. Y es que la muerte de Gaitán marcó un hito en la lucha del pueblo radicalizando su resistencia y la adopción de sus ideas.

Pero también significó la instauración de una política de muerte que se sigue viviendo hasta nuestros días, no solo con magnicidios, sino con masacres, asesinato de líderes sociales, sindicalistas, activistas, y toda forma de organización que luche por los derechos de los desfavorecidos. Solo en el primer trimestre del 2022 se han registrado 48 asesinatos de líderes, lideresas y 27 masacres, según cifras del Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).

OTROS MAGNICIDIOS

Luego del asesinato de Gaitán, el magnicidio se volvió la estrategia para eliminar a cualquier candidato que representara una amenaza a los narcogobiernos y la oligarquía del país y que apostaran a la paz y la justicia para los desposeídos.

Por lo que el 11 de octubre de 1987 la sangre vuelve a manchar la oportunidad de una Colombia democrática, con el asesinato del candidato presidencial Jaime Pardo Leal, dirigente de izquierda, impulsor y miembro de la Unión Patriótica (UP). Quien denunció fuertemente alianzas entre narcotraficantes, paramilitares, fuerzas públicas y políticos, lo que le costó la vida. Su asesinato al igual que a miles de miembros de la UP, el Frente Popular y A Luchar. Fue declarado por la Fiscalía General de la Nación como delito de Lesa Humanidad en el 2014. Al ser un complot entre narcotraficantes, entes de seguridad del Estado y políticos, se declaró un crimen de Estado por el que hasta la fecha nadie paga condena.

Si la muerte me sorprende, no le tengo miedo; Soy un hombre dialéctico. El día que me muera vendrán otros mejores a reemplazarme”.

Luis Carlos Galán asesinado el 18 de agosto de 1989, en Soacha minutos antes de comenzar un mitín, candidato presidencial del movimiento Nuevo Liberalismo, su propuesta estaba dirigida a luchas contra la corrupción, el narcoestado y la violencia que imperaba en el país. “A los hombres se les puede eliminar, pero a las ideas no. Y al contrario, cuando se elimina a veces a los hombres, se robustecen las ideas”.

Otro candidato presidencial asesinado de la UP, fue Bernardo Jaramillo Ossa, el 22 de marzo de 1990, en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Fue miembro del partido comunista y dirigente agrario. Su lucha estaba dirigida a acabar con el narcotráfico y a lograr la paz de Colombia a través del dialogo. “No se puede hablar de paz, ni ser consecuente con la paz, cuando no se castiga ejemplarmente a los miembros del Estado comprometidos con la violencia hacia la población civil”.

Con tan solo un mes de diferencia el 26 de abril de 1990, fue asesinado Carlos Pizarro Leongómez, guerrillero desmovilizado del M-19 y candidato presidencial del partido Alianza Democrática M-19, su lucha por una Colombia justa, de vida y en paz y el hecho de haber luchado contra el estado terrorista que desde hace mucho tiempo tiene secuestrada la democracia del país, nunca le fue perdonado y a pesar de haber entrado en un plan de amnistía a través del dialogo, lo que le permitió dejar la clandestinidad y continuar su lucha desde la palestra pública, fue asesinado por un sicario y miembros del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) en un vuelo con destino a Barranquilla. “Ofrecemos algo elemental, simple y sencillo: que la vida no sea asesinada en primavera”.

SU LEGADO

Las ideas de una política de vida, una Colombia en paz, soberana, sin hambre, sin corrupción, la lucha contra la narcopolítica y el terrorismo de Estado, es el legado que dejan quienes han sido asesinados por ser una alternativa diferente a la Colombia de muerte impuesta por los poderosos y por lo que día a día siguen luchando los colombianos, porque lejos de amedrentar al pueblo le dan más fuerzas para seguir en la lucha por todas las vías posibles.

Antecedente de asesinatos políticos: En 1914 fue asesinado a hachazos Rafael Uribe Uribe. apoyaba el desarrollo del movimiento sindical y cooperativista en el país, Uribe Uribe fue conocido por su ideario político a favor de la instauración de un socialismo de carácter corporativo y sindicalista en Colombia.

Uno de sus grandes aportes fue la fundación de la Universidad Republicana, que más tarde se convertiría en la Universidad Libre de Colombia. Fue un importante activista por los derechos laborales en Latinoamérica, y el primero en hablar de derecho social en Colombia.

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