REBELDES CONTRA EL SISTEMA
Comando Central (COCE)
Editorial Insurrección Nº 972
En nuestro país han consolidado una economía mafiosa, resguardada por un régimen mafioso, que explotan todo hasta el agotamiento o el colapso, negando sus derechos a la gente y a la Madre Tierra, lo que lleva a que tengamos que ejercer el derecho a la rebelión.
Hace un cuarto de siglo los investigadores R. Lee III y F. Thoumi, publicaron el ensayo sobre, ‘El nexo entre las organizaciones criminales y la política en Colombia’, que hoy conserva plena vigencia:
“Las ocho condiciones estructurales subyacentes, para que la ilegalidad sea la norma de conducta son: la deslegitimidad del régimen, la debilidad de la sociedad civil, la gran propensión a resolver disputas a través de la violencia, la compleja y variada geografía del país, la orientación empresarial y clientelar del sistema político y partidario, los obstáculos a la movilidad social, el gran tamaño de las actividades económicas ilegales, y la aceptación social del contrabando, el lavado de dinero y la corrupción”.
Las condiciones señaladas por Lee y Thoumi, hoy se han degradado hasta niveles enormes, que se mide por la hegemonía indiscutible de este capitalismo mafioso, que opera bajo la conocida Ley Metálica de ‘plata o plomo’, de ‘te vendes o te mato’, por lo que hacerle resistencia implica no dejarse comprar la conciencia ni dejarse paralizar por el régimen de terror; y para que la rebelión contra este sistema contrario a la vida sea eficaz, necesita ser una resistencia masiva, organizada, unida y determinada, como lo fueron los tres meses del Estallido Social de 2021.
La esperanza de Colombia reside en construir una paz con transformaciones, desarrollada por medio de una amplia participación de la sociedad en el análisis de los problemas que enfrentamos como pueblo y como nación, para desde ahí formular la agenda de cambios profundos, que será lograble con el compromiso de la gran mayoría de colombianas y colombianos, quienes en una histórica lucha de rebelión nos proponemos superar este capitalismo mafioso y su cultura traqueta.
Lo único que hace viable a Colombia es la paz y llegar a ella se hace por medio de una vía de solución política del conflicto, complementada obligatoriamente por la presión social de la gran mayoría de la sociedad, que impondrá las transformaciones, a las que se atraviesan la minoría dominante, que se niega a ceder sus privilegios.