Actualidad,  Karibeño Rebelde

Riohacha un pueblo sometido a la violencia

Hoy la violencia está desbordada en Riohacha, una creciente pobreza y una descomposición social producto de los malos gobiernos que durante años han liderado esta ciudad y la región.

Y es que la realidad de este municipio lejos de mejorar ha empeorado, el paramilitarismo se pasea con total libertad apoyado por la fuerza pública, como lo afirmó un residente de esa ciudad, de quien no se mencionará su identidad para resguardar su vida.

“La fuerza pública busca la manera de afianzar el paramilitarismo. En diciembre pasaron un video donde iban unos paramilitares en una camioneta por toda la primera, esa es la zona turística y en diciembre eso está bien custodiado, ahí está el Gaula, el Ejercito y la policía, lo que nos lleva a pensar que trabajan juntos porque pasa una camioneta con esos manes armados como Pedro por su casa, como si fueran turistas y nadie ve nada”.

Las autoridades se hacen de la vista gorda mientras el pueblo sufre las consecuencias del desgobierno y el paramilitarismo, pues las masacres, sicariatos y desplazamientos están a la orden del día. Hasta tres muertos se pueden registrar en un día, como lo asegura el entrevistado.

“Por lo menos en el mes de noviembre y diciembre del año pasado todos los días mataban gente en Riohacha, hubo masacres como la de Pelechua que está como ha 15 minutos, de eso hicieron un video donde le cortaron la cabeza a las víctimas. Desde inicio de año se cuentan un muerto por día y en una ocasión hubo tres muertos violentas en un día, imagínese eso en una ciudad tan pequeña”.

Los desplazamientos son otro de los problemas que azotan la región, en lo que va de 2024 ya se han registrado dos desplazamientos, uno donde se vieron afectadas más de 400 personas de las etnias wiwa y la otra que afecta la las comunidades afros de Juan y Medio, según aseguró la líder social afrodescendiente Yoanis Mejia, al portal el www.eltiempo.com .

Medina puntualizó en la entrevista realizada por el Tiempo, que no reciben respuestas de las autoridades, quienes tenían conocimiento desde hace tiempo de lo que estaba sucediendo, asegurando que más allá de los problemas de agua y alimentación, lo que las comunidades piden es seguridad. En la comunidad de Juan y Medio un día antes del desplazamiento había aparecido un cuerpo desmembrado en un saco.

La narcoparapolítica

Toda esta situación que vive Riohacha y el departamento de la Guajira es producto de la vieja política que vienen implementando los clanes mafiosos de la región, donde el paramilitarismo y el narcotráfico mueven los hilos del poder. Y es que no es casualidad que el paramilitarismo esté a sus anchas si el gobernador Deluque es miembro del un clan vinculado históricamente a la parapolítica, mientras que el alcalde de Riohacha fue la ficha política del narcotráfico y por consiguiente del paramilitarismo, al igual que el alcalde de Dibulla, cuya familia está vinculada al narcotráfico, como lo menciona el entrevistado.

“Se sabe que el gobernador de la Guajira y el alcalde de Riohacha son comprometidos con el paramilitarismo. Particularmente a Genaro Redondo lo eligió la mafia hubo mucha compra de votos y dinero para que moviera toda la propaganda posible, mulas pintadas, carros, casas enteras pintadas con la propaganda de ese man”.


“Es una cuestión de política también, por ejemplo en Dibulla la familia del alcalde está vinculada al narcotráfico y entonces esas son guerras entre clanes”.


El incremento de la violencia puede ser producto de la guerra entre los clanes parapolíticos y mafiosos por los territorios, en lo particular en Riohacha las playas, que son salidas al mar, son una de las zonas más codiciadas por el narcotráfico que en muchos casos trabajan de la mano con los cuerpos de seguridad.

“Las playas siempre han sido las minas de las mafias y generan disputas entre el narcotráfico, ante la mirada indiferente de la policía, por eso uno piensa que la policía sigue con ese matrimonio” Enfatiza el entrevistado.

Promueven la delincuencia

El entrevistado asegura que el paramilitarismo se encuentra en todos los negocios ilegales y modalidades de delincuencia en la ciudad, que va desde el microtráfico, hasta el robo, ante la mirada indiferente y en muchos casos cómplices de las autoridades y cuerpos de seguridad.


“Ellos tienen toda una red donde cada quien tiene su función, unos roban motos, otros venden drogas, otros están con los pagadiarios… Pero todos están vinculados al control paramilitar”.


“Con el microtráfico trabajan de la siguiente manera: surten a los jíbaros; un paramilitar de los pachenca o de los Reconquistadores de la Sierra Nevada, o del Clan del Golfo o como le quieran llamar, él le lleva la droga al jíbaro y este trabaja en un barrio de la periferia o donde no tenga mucho control la policía y normalmente una moto de los cuadrantes llega con dos policías, van hasta donde está el jíbaro, recogen, me imagino, la cuota de ellos y se van”.

Los clanes paraspoliticos en complicidad con algunos entes de seguridad fomentan la miseria y la descomposición social para mantener el control de los territorios y perpetuarse en el poder.

“Los barrios estos que están pegados a los comandos de policías, como es el barrio Camilo Torres, uno entra en la noche y lo que se ve allí es prostitución y microtráfico, eso lo usa el sistema como una cortina para que el pueblo no se organice, la descomposición social le sirve al establecimiento.”

Movilización

Solo la movilización social masiva y la organización de las comunidades en contra de estos gobiernos mafiosos y corruptos pueden dar fin a toda esta situación de violencia y descomposición social del municipio y la región, que viola todo tipo de derechos humanos. Porque solo así podrán ir generando cambios que a futuro construyan una política de vida.

Un comentario

  • Carlos Alirio López Arroyave

    La problemática de Riohacha es la misma que viven muchas ciudades del país, caracterizada por el total control territorial del paramilitarismo, lo cual es de vieja data. A ese respecto, no debe soslayarse que la Ley 975 de 2005 no fue promulgada para la desmovilización del paramilitarismo sino para su institucionalización.

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