VIOLENCIA EN MEDIO DE LOS DIÁLOGOS
Karibeño Rebelde Edición Nº 255
Los diálogos de paz se dan gracias al clamor de los colombianos para intentar acabar con décadas de violencia que le han costado la vida a miles. Violencia que ha deja huellas imborrables en las memoria de los colombianos quienes han tenido que aprender a vivir en medio de un escenario de guerra permanente donde unos se enriquecen con la sangre derramada, mientras que otros lo pierden todo.
El Gobierno del Pacto Histórico en correspondencia con esa necesidad del pueblo de buscar la paz abre mesas de diálogos con diferentes grupos armados, delincuenciales y con la participación de la sociedad civil, una propuesta que nace desde el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Estas negociaciones supondrían un alivio a la violencia desmedida que vive el país, sin embargo esto pareciera estar lejos de suceder.
En medio de los diálogos el asesinato a líderes sociales no ha parado, solo en lo que va de 2024 van 142 líderes asesinados, de los cuales 24 son de la Región Karibe, de igual manera se han registrado 57 masacres y 25 firmantes de paz han sido asesinados, según cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), esto sin mencionar los desplazamientos forzados y amenazas que han sufrido los colombianos.
El interés por los territorios
Se debe entender que la paz de Colombia no es compatible con los negocios de la mayoría de los grupos de poder y los políticos tradicionales. En la Región Karibe al igual que en el resto del país, los clanes políticos están estrechamente relacionados con los grupos delicuenciales y paramilitares. En resumidas cuentas hay una politización de la delincuencia y una paramiltarización de la política, que a su vez son los que dominan el negocio del narcotráfico en la región. Todos arena del mismo costal.
Son esos mismos grupos los que arremeten contra todos los que trabajan para construir la paz en el país, en un intento descarnado por mantener el control en los territorios y de esa forma mantener los negocios ilícitos que mantiene en el poder a esa política de muerte que usa todas sus artimañas para frenar cualquier proceso de paz. Es por eso que el Estado fallido de derecha le ha jurado una guerra a muerte a la política de paz y transformación por la que el pueblo colombiano lucha.
Mantener las rutas del narcotráfico, el control de los cultivos ilícitos y grandes extensiones de tierra y el control y monopolio de los recursos naturales por parte de los grandes terratenientes, son las principales causas que generan la violencia en Colombia por parte los grupos criminales que conforman el paramilitarismo.
De allí que en medio de los procesos de paz el paramilitarismo y sus grupos criminales intentan ampliar el dominio de los territorios arremetiendo contra sus pobladores. Para nadie es un secreto que desde que el Gobierno del Pacto Histórico llegó al poder los paramilitares en la Región Karibe y en todo el país comenzaron un plan de avanzada en los territorios, aliados con los políticos tradicionales, no por nada en la región karibeña la parapolítica tomó la gran mayoría de los espacios de poder en las últimas elecciones regionales de 2023.
Tampoco es casual la guerra que existe en contra del Gobierno del Pacto, donde le bloquean las reformas propuestas, los infiltrados del Estado boicotean los diálogos y ahora hay un golpe de Estado en proceso, como lo denunció el mismo Presidente cuando manifestó que se le había roto el fuero constitucional por parte del Consejo Nacional Electoral, cuando formuló cargos infundados en su contra. Violando la Constitución del país.
Defender la paz es prioridad
La defensa y construcción de la paz es fundamental, el pueblo y la sociedad colombiana históricamente han demostrado su capacidad de resistencia y movilización, por lo que ahora más que nunca es necesario seguir trabajando por la salida política al conflicto armado, construir la paz es tarea de todos y todas. Y la movilización constante es obligatoria para lograrlo. Es importante resaltar que el ELN sigue determinado a buscar una salida política al conflicto armado, pero para que esto sea posible es necesario el respeto y cumplimiento a los acuerdos firmados en las Mesas de Diálogo.
