MATAR PARA SEGUIR DOMINANDO
El 30 de agosto de 1988, hace 35 años, se realizó una de las primeras masacres en la Región Karibe. Fue la masacre de El Tomate, corregimiento del municipio de Canalete en el departamento de Córdoba. En este hecho fueron asesinados 16 campesinos y 22 casas fueron quemadas. El corregimiento quedo vacío por que toda la población fue obligada a irse de su territorio por el terror.
Quien se quede muere, fue la orden criminal de los paramilitares quienes estaban comandados por Fidel Castaño. El motivo que dieron los paramilitares para ejecutar este asesinato colectivo, fue que los campesinos eran guerrilleros, cuando el verdadero motivo era que los terratenientes y empresarios veían peligrar su poder por el surgimiento de muchos movimientos sociales que les eran una amenaza.
Esta historia sucedida a los pobladores de El Tomate después se repitió en todas y cada una de las masacres realizadas en todo el Karibe colombiano, en todos sus departamentos donde fueron asesinados decenas de miles de campesinos, obreros, indígenas, afrodescendientes, mujeres y pobladores. Las ciudades de Cartagena, Barranquilla, Monteria, Sincelejo, Santa Marta, Riohacha, aumentaron su población por la llegada de millones de desterrados de sus territorios que traían el llanto en los ojos y el alma entristecida. Sólo huían del terror y querían salvar sus vidas, con la esperanza de volver en poco tiempo cuando las aguas teñidas de sangre retomaran su color.
Todas las tierras quitadas por la violencia fueron robadas por los jefes paramilitares asociados con ganaderos, terratenientes, clanes políticos y toda una clase criminal que aún gobierna y manda en la Región Karibe. Las tierras del Karibe se llenaron de coca. La fuerza de la parapolítica y la para economía se apoderaron de las alcaldías, de las administraciones departamentales, se robaron los presupuestos, mandaban en las secretarias de Salud, de Educación. Las empresas del Carbón y Banano, las empresas mineras financiaron todo ese genocidio popular para quedarse con las riquezas.
HOY VIVIMOS UNA NUEVA TORMENTA CRIMINAL
Viene a mi memoria toda esta política de exterminio, saqueo y destierro, por que desde hace un año han arreciado en todas las ciudades grandes y medianas de la región el asesinato, las amenazas, las muertes producidas por sicarios en nuestros barrios. Las masacres se sienten y las vivimos en todo Barranquilla. La delincuencia se ha apoderado de más de la mitad de la ciudad de Cartagena. La ciudad de Sincelejo se llena de muertes a diario igual sucede en Valledupar y en Riohacha. Esto no es una maldad nacida de la pobreza ni de la juventud como se dice, buscando culpar a las víctimas.
Sucede que el pueblo costeño ha vuelto a despertar y ha vuelto con la esperanza en lo alto. Por todos los cuatro puntos de la Región Karibe crece el sentido político y organizativo. Las ciudades se están movilizando para exigir sus deudas sociales; las víctimas siguen peleando por recuperar sus tierras y la justicia; los jóvenes y mujeres se mueven y luchan por sus derechos; los pueblos negros e indígenas siguen plantados en resistencias y avanzan en sus proyectos de buen vivir. El Karibe se llena de luchas ambientales y de defensa y protección de la vida. El Karibe es una región con voluntad de lucha y voluntad de poder.
Las castas oligarcas mafiosas y criminales quieren detener el carro de los cambios que se moviliza por toda la Región y que le dio el triunfo al Pacto Histórico. No olvidemos que fuimos las regiones con tradición de lucha y resistencia las que derrotamos a la derecha y le dimos un tatequieto a Uribe y su cueva de matones y ladrones. Los clanes sienten pisadas de animal grande y por eso están implementando una política de terror y miedo dictada y aprendida desde la política del imperialismo Norteamericano, tal como lo dice la escritora de Irán Jamileh Alamolhoda: «la esencia misma de la política exterior gringa es la intimidación, aterrorizar a nuestro pueblo para someterlo».