Paramilitarismo

Paramilitarismo y limosnas

Además de la corrupción, la oligarquía en el poder, utiliza al paramilitarismo y la limosna en la costa karibe y en todo el país para mantener su hegemonía y control político, militar y social.

Las comunidades urbanas y rurales del karibe tienen la certeza que el paramilitarismo está más presente que nunca y junto a la corrupción y a la falta de políticas a favor de la gente es el pan de cada día. Es de verdad una proeza y acto de heroísmo del pueblo karibe tener que trabajar, organizarse y reclamar sus derechos en medio de la amenaza estatal y paramilitar; es una proeza también resistir y no desaparecer como comunidad a pesar del abandono social por parte del estado y sufriendo las consecuencia del mal manejo de la economía, que se traduce en carestía, desempleo y miseria.

La chichigua de los programas sociales

En contraste a los 50 billones de pesos que se roba la oligarquía del presupuesto publico y a lo que reciben de fuente del narcotráfico y contratos que ellos mismos se adjudican, a los estratos más bajos solo les «dan» una chichigua que no soluciona nada. Y además no tiene gran cubrimiento; por ejemplo, en los Montes de María solo cubren el 5% de la población de estratos bajos.

Familias en acción es un subsidio de solo 150 0 200 mil pesos que le dan a niños y niñas por salud y educación cada dos meses; Adulto Mayor es un subsidio que le dan a adultos de 65 años en adelante y el monto del subsidio es de 80 mil pesos cada dos meses. Para colmo de males, es por cupo, es decir para incorporarse un anciano o anciana, debe esperar que se muera uno de los subsidiados. La verdadera política de la muerte; que triste es esperar que se muera un familiar o un amigo para recibir 80 mil pesos cada dos meses.

Esos subsidios de por si, son una burla al pueblo colombiano y en plena inflación y carestía, en donde los productos como la carne, el pescado y demás proteínas son un lujo, también es lo más cínico y absurdo de parte de una clase gobernante que no merece seguir dirigiendo nuestros destinos.

El gobierno utiliza esos subsidios como fuente de votos, inculcando miedos a través de mentiras; diciéndoles que si llega un gobierno diferente esos subsidios desaparecerían. Cabe destacar que solo en época preelectoral es que medio funcionan.

La mayoría de las personas que están en esos programas son las víctimas del paramilitarismo que les asesinó a sus familiares y los despojo de más de 5 millones de hectáreas. Es decir, son personas que fueron sometidas a la miseria a través de las política de muerte y despojo del Estado colombiano. Le asesina a sus seres queridos y los despojan de sus tierras, le roban sus animales y luego le dan 80 mil pesos cada dos meses a los niños y niñas. !Que perversidad¡

Paramilitarismo sigue orondo en el karibe

Los asesinatos a líderes sociales y gente del común, así como las amenazas y desplazamientos por parte de la alianza de militares con paramilitares siguen presentándose en la costa karibe. Hacen presencia y acciones criminales de manera descarada y abierta en toda la geografía, tanto en espacios urbanos como rurales.

Habitantes de los Montes de María viven con miedo, pues de manera descarada paramilitares se movilizan en motos, con pistola y tienen el control de las ventas de drogas. En Bolivar extorsionan a los humildes campesinos.

Paramilitares reclutan a los jóvenes aprovechando la falta de oportunidades que tienen y les cancelan un millón de pesos mensuales. ¿Y el gobierno? Bien, Gracias.

En síntesis, está comprobado que la violencia estatal y la política de la limosna hacen parte de los pilares que sostienen al régimen y no permiten al país experimentar nuevas formas de gobernar en donde la democracia, la paz y el bienestar social sean una posibilidad.

Nadie se aguanta ese brinco

Pero el pueblo costeño y colombiano ha mostrado y demostrado que no se aguantan ese brinco; por ello hoy por hoy el cambio tiene más fuerza; hay más conciencia y cultura política. Ya estamos en un cambio de época; es el tiempo de sumar fuerzas; el tiempo de la madurez de la lucha por la democracia política, económica y social; es el tiempo en donde la gente entiende que la naturaleza es sujeto de derecho y clave en la continuidad de la vida planetaria.

Ya el pueblo no va a seguir aguantándose ese brinco y por ello está luchando hasta las últimas consecuencias.

Se tiene la tarea de convencer al indiferente, al confundido y al resignado para que sea protagonista de la democracia y la paz que merece el pueblo colombiano.

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