523 AÑOS DE RESISTENCIA INDÍGENA
523 años se cumplen ya del primer contacto entre los españoles y las civilizaciones indígenas que vivían en Colombia. Encuentro que causó una matanza desmedida de los pueblos originarios, donde no solo se asesinaba a los indígenas para apoderarse del territorio y del oro que allí existía siendo esta una de las principales causas de la colonización sino que se intentó acabar con su modo de vida, su cultura y creencias religiosas.
El proceso de colonización comenzó unos años después del primer encuentro, según investigaciones y es allí cuando los colonizadores intentan destruir todo el tejido sociocultural de los pueblos indígenas, para imponer la fe cristiana y su organización sociopolítica. Que se alejaba por mucho de esa relación de respeto y armonía que los pueblos indígenas tenían con el ambiente y los seres vivos, de su forma de producción y su cosmovisión.
A más de medio siglo de estos hechos sangrientos estas prácticas genocidas contra los pueblos originarios se siguen aplicando en el país, los asesinatos a líderes y defensores indígenas forman parte del “pan nuestro de cada día”. Desde la firma de los acuerdos de paz en el año 2016 hasta el 2021 durante el nefasto gobierno de Iván Duque fueron asesinados casi 1.400 líderes indígenas en todo el país. Entre ellos algunos niños como fue el caso de Breiner David Cucuñame López de 14 años de edad, miembro de la Guardia Indígena del Resguardo las Delicias.
Solo en lo que va del 2022 más de 100 indígenas han sido asesinados. Un Estado de derecha fallido, el conflicto armado, la lucha por las tierras, el narcotráfico, las transnacionales y sus megaproyectos, que en nada respetan los territorios sagrados y muchas veces se hacen sin consultar a los coterraneos y el paramilitarismo per se, han sido la causa de esta sangrienta historia continuada. Esto sin contar los asesinatos previo al proceso electoral de las presidenciales, para evitar la llegada al poder de Gustavo Petro y su política de vida, que se contrapone a los intereses de quienes hacen negocios a cuesta del ambiente y la sangre derramada de los colombianos.
El exterminio de los pueblos originarios en Colombia no solo se hace a través de las masacres y asesinatos, cuando son obligados a abandonar sus territorios, o cuando son evangelizados y llevados a desconocer su cosmovisión para adoptar la occidental van desmembrando todo su tejido social, su cultura se va perdiendo y esta es otra forma de acabar con los indígenas, muchas veces peor que cuando lo hacen con sangre y fuego. Como lo mencionó un líder indígena wayuu: “cuando llegan las iglesias cristianas a imponer su fe los paisanos comienzan a desconocer nuestros rituales y a decir que son pecado, nuestros conocimientos no son enseñados por nuestras mujeres y la cultura va muriendo. Esa es la peor forma de matar a nuestros pueblos indígenas”.
Cabe destacar que según asegura el líder, muchas de estas iglesias trabajan para las transnacionales y a través del culto persuaden a los pueblos para que no hagan resistencia a la hora de dejar el territorio para que ellos realicen sus proyectos en los resguardos, que poco le aportan a los pobladores de las zonas.
Sin embargo los pueblos indígenas han sabido organizarse y resistir a pesar de la desigual guerra que les ha tocado enfrentar durante más de medio siglo, superando adversidades y luchando para proteger sus territorios y su cultura, como lo comentó un líder aruhaco de la Sierra Nevada de Santa Marta: “como aruhacos nos ha tocado aprender a defendernos en medio de la guerra y ver con dolor como nuestros pueblo ha sido masacrado por los paramilitares y hasta el mismo ejército, sin embargo seguimos resistiendo”.
Defender los pueblos y sus territorios debe ser la prioridad del actual Gobierno, preservar sus culturas como patrimonio del país es un deber de todos y todas, la paz depende de la justicia social en todos los rincones de Colombia y el paso que abona ese camino está dado, es necesario que trabajemos para alcanzarla y tener la Colombia que todos queremos.
