LUCHAS ESTUDIANTILES LAS DEMANDAS DE AYER HOY Y SIEMPRE
Por: Luis Carlos Guerrero
Las demandas de las movilizaciones masivas registradas en los ùltimos tres años en Colombia no solo siguen vigentes, sino que plantean nuevos escenarios y retos para la multidiversidad de sectores políticos y sociales que exigimos un cambio radical. Casi un siglo ha transcurrido desde que el Presidente Miguel Abadía Méndez ordenó la represión del movimiento estudiantil que el 8 de junio de 1929 protestaba en Bogotá por la masacre de las bananeras y allí murió asesinado el estudiante Gonzalo Bravo Pérez.
Y el contexto no ha cambiado mucho. Es por ello que las protestas contra el Gobierno de Abadía Méndez y las movilizaciones contra las reformas tributarias, pensional y laborales del mal Gobierno de Duque, y el reclamo por una educación público-gratuita y de calidad, giran en torno al mismo epicentro: la profunda desigualdad social que subsiste en Colombia.
Cuando afirmamos que nuevos escenarios y retos se presentan a las demandas de noviembre y diciembre pa- sado nos referimos, por ejemplo, al lamentable ingreso de Colombia como país miembro de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) desde abril pasado.
Como se trata de un club privado, Colombia debe pagar entre 5 y 6 millones de dólares por el ingreso a este organismo, pero además debe asumir las recomendaciones y políticas económicas que se le orienten.
Entre las recomendaciones que nos impondrán tenemos el aumento de las edades de pensión, incremento de las cotizaciones, aceptar que la pensión sea inferior al salario mínimo y aniquilar el sistema público de pensio-nes, reducir el costo de la formalización laboral (tercerización, desempleo y rebusque despuntarán), reduc- ción del gasto social (educación y salud), eliminación de aranceles.
Un panorama nada alentador si tomamos en cuenta que el Covid-19 pone en evidencia un Estado desmantela-do al servicio de los sectores económicos que, de manera miserable, entrega dádivas a los más pobres para que sobrevivan a la pesadilla de tan terrible pandemia.